¡Un saludo y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!
Pues resulta que estamos a 30 de diciembre ya... ¿Os lo podéis creer? Nosotros tampoco. Pero así es. Y eso significa que, si el otro día estábamos hablando de nuestros regalos de Navidad y ahora estamos a punto de finalizar el 2022... ¡Es hora del Top de lecturas del año!
Como cada año, echamos la vista atrás a los últimos 12 meses para recordar todos los mangas que hemos ido leyendo, y así elegir nuestros favoritos (nos centramos únicamente en manga porque, aunque leamos cómic de todas las procedencias, sigue siendo nuestra principal dedicación y sería un follón estar mezclando todo). También conviene recordar que incluimos cualquier obra que hayamos terminado de leer durante 2022, independientemente de la fecha de inicio de lectura. Y, por tanto, solo contamos series finalizadas, salvo quizá alguna excepción muy particular o las menciones de honor.
Por otro lado, como es de sentido común, queremos reflejar aquí las lecturas que más hemos disfrutado, lo que más nos ha gustado de entre todo lo que hemos leído, no tanto que una obra sea "objetivamente" mejor o peor. Eso sí, intentamos hacer unos tops lo más variados posible, tratando de no repetir autores u obras en la medida de lo posible (aunque, lógicamente, a veces coinciden en las listas de ambos). De esa forma, los tops son útiles también como una lista lo más amplia y variada posible de recomendaciones para quien quiera leernos.
Pero antes de entrar de lleno en el tema, os dejamos por aquí los tops de años anteriores, que siempre son interesantes de recordar: 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020 y 2021. Y ahora sí que sí... ¡Vamos al lío!
Menciones de Honor
Todos sabemos de sobra que la mayor jodienda de realizar un top de algo (lo que sea) es... dejar cosas fuera. Porque, claro, un top tiene que tener un límite redondo de puestos o no sería un top. ¿Y cómo se puentea esa limitación autoimpuesta? Por supuesto: con las socorridas menciones de honor. Así que, como todos los años, aquí tenemos un par de puestos honoríficos para cada uno de nuestros tops:
* ADRI: One Piece, de Eiichiro Oda. Pues sí, por mi parte le doy mi mención de honor a esta popularísima serie. Tras mucho tiempo queriendo hacerlo, me propuse ponerme al día este año... y lo hice. Tardé como un par de meses (devorando los tomos), pero lo hice. Y no me arrepiento de nada. Y si no entra en el top como tal del año es por no estar finalizada... pero algún día entrará.
He reído, he llorado, me he mordido las uñas de emoción y he descubierto una obra que es casi como leer muchas en una, con más variedad de personajes y de temas de los que yo pensaba encontrarme. Pocas veces puedo decir que me haya divertido tanto leyendo un manga. Y, sobre todo, me alegra saber que, a partir de ahora, puedo seguirla a su ritmo de publicación y contemplar los últimos compases de este fenómeno que ha durado... los mismos años que tengo yo de vida.
* ALEJANDRO: KochiKame, de Osamu Akimoto. En cuanto a mi mención de honor, va directa a una obra que jamás pensé que podría leer, y menos aún en español. Se trata de la longeva KochiKame, de la que tenemos disponible la antología de 10 tomos dobles (o sea, un 10% de la obra total, de 200 tomos) que editó Planeta hace un año. A lo largo de 2022 he ido leyendo unas cuantas historias, sin prisa, saboreándolas poco a poco. No he terminado aún de leer los diez volúmenes, motivo por el que no la meto en el top normal, pero la estoy disfrutando como un enano.
Como sabréis, esta serie se compone de capítulos autoconclusivos, por lo que puedes leer cualquiera en cualquier orden. Y el caso es que TODOS y cada uno de ellos son un descojone. No sé cómo se las pudo arreglar Osamu Akimoto para crear historias tan descacharrantes y tan llenas de gags en tan pocas páginas (que se sienten muchas más por la cantidad de texto, por lo que puedes leer un solo capítulo y quedarte satisfecho)... durante 40 años. Es verdaderamente admirable. Y realmente es uno de los cómics con los que más me he reído (pero reír de verdad) en mi vida.
10º Puesto
* ADRI: Present, de Kanako Inuki. En el puesto bajo del top, empiezo con una obra de Kanako Inuki, una autora que tenía muy pendiente como fan del terror japonés que soy, y que desde luego ha sido un gran descubrimiento. No por nada está en el Olimpo del manga de terror junto a grandes como Umezu o Ito.
Por mantener las referencias, Present recuerda a obras como Orochi o Tomie, en el sentido de que estamos ante una serie de historias cortas con un personaje femenino como hilo conductor. Pero con el sello propio de la autora, que convierte cada capítulo en una fábula macabra con los regalos y su protagonista como elemento común. El arte de Inuki tiene algunas reminiscencias del shojo clásico, pero con una vuelta de tuerca para convertirlo en algo siniestro, retorcido y muy personal de su artista. Aunque resulte chocante en un primer momento, rápidamente terminará por encantarte. Muy macabro y muy divertido. Hay que leer más de esta mujer.
* ALEJANDRO: Candy Candy, de Keiko Nagita y Yumiko Igarashi. Por mi parte, abro mi top con una grandísima deuda pendiente finalmente saldada. Como declarado fanático del shojo clásico, ya era hora de conocer una de las obras de referencia a nivel mundial, la archiconocida Candy Candy. Y, ya que parece que las peleas entre las autoras van para largo y no hay perspectivas de verla publicada pronto... pues hay que tirar de otros medios.
Esto es exactamente lo que esperaba: un alambicado y melodramático culebrón con intensísimos sentimientos, una protagonista muy buena, villanos muy malos, muchas lágrimas y muchas flores. No esperaba menos, la verdad. Aunque... sí que debo decir que no me ha gustado tanto como esperaba. O, mejor dicho, no me ha gustado tanto como otras obras de las mismas autoras que son menos famosas. De Keiko Nagita solo he leído los tomos únicos que ha traído Arechi, que por su propia extensión sí que se me quedan por debajo de Candy Candy. Pero con Igarashi, disfruté mucho más de Georgie o de Mayme Angel, obras del mismo corte pero, a mi parecer, algo más efectivas (diría que por ser más breves, ya que Candy Candy, con sus 9 tomos, acaba enredándose un poco más de la cuenta y al final no sabe cómo cerrar). Además de que el arte está menos pulido en esta obra que en posteriores, como es lógico. La he disfrutado de todos modos, y me haría con ella en papel sin dudar si pudiera, pero queda más baja en mi ranking del año de lo que quedaron las otras mencionadas en años anteriores.
9º Puesto
* ADRI: Hiatari Ryôkô!, de Mitsuru Adachi. Ya me tocaba ir leyendo más cositas de mi querido Mitsuru Adachi, que nunca son suficientes (aunque confieso haber leído mucho menos de lo que me gusta admitir de él). Esta vez me he decidido por una obra que, si bien tiene sus elementos deportivos, no son el punto central, ya se enfoca más en la vida de sus personajes y en el romance (eso sí es habitual).
Me parece una obra perfecta para empezar a leer a Adachi, y su longitud, considerablemente más breve que otras de sus creaciones más famosas, la hacen ideal para quien le tenga vértigo a series muy largas si va a ciegas. Tiene muchísimos momentos entrañables, tristes, divertidos... Es cierto que, como todo lo que hizo Adachi en esa época, ha envejecido regular en algunos aspectos relativos a los personajes femeninos, pero es totalmente disfrutable si se sabe a lo que se viene. Hiatari Ryôkô! (o Alegre Juventud) no es una obra de la magnitud de Touch, pero sigue siendo Mitsuru Adachi en pleno esplendor, que no es poco.
* ALEJANDRO: Boys Run the Riot, de Keito Gaku. Mi noveno puesto de este año se lo dedico a un manga muy especial, de esos que raramente tenemos oportunidad de leer. Boys Run the Riot es la historia de un adolescente trans en su viaje de autoaceptación y salida del armario, cosa que logra a través de la inesperada amistad que forja con el macarra de clase cuando deciden montar juntos un sello de moda urbana para expresarse artísticamente. Y lo más especial de todo, lo que ha puesto esta obra especialmente en el punto de mira internacional, es que su autor, Keito Gaku, es también trans. Parece que en los últimos años estamos viendo un aumento lento pero constante de mangakas abiertamente queer que plasman parte de sus vivencias y experiencias en sus obras, y eso es algo que siempre me interesará.
Puede que el guión de esta serie no sea el más revolucionario (es un coming-of-age bien hecho con protagonista trans, pero no reinventa la rueda), ni el dibujo el más llamativo ni perfecto. Pero es una obra con mucho sentimiento, con un desarrollo psicológico y emocional maravilloso para su personaje principal (y algunas pinceladas nada desdeñables, pero más desdibujadas, para los secundarios). Y es una ventanita de valor incalculable para echar un vistazo a la realidad de la juventud trans en un país tan poco amable con el colectivo como Japón. Es decir, es una lectura imprescindible.
8º Puesto
* ADRI: My Broken Mariko, de Waka Hirako. Continúo con una brevísima obra (un tomo único que además contiene una historia corta complementaria) que ha cosechado bastante atención y premios desde que se publicó hace un par de años en Japón. Y la verdad es que no es para menos.
Aconsejo enfrentarse a esta obra con bastante estómago, ya que, al menos a mí, me sobrecogió bastante por el tema tan duro y real que trata. Además de la forma tan cruda en que lo hace, sin llegar nunca a manipular emocionalmente al lector. Se trata de una historia de abuso machista, pero enfocada no tanto en su víctima como en su mejor amiga. Especialmente en el duelo por el que está pasando la protagonista tras el asesinato de su amiga a manos del abusador, que la recuerda y se tortura por no haber podido ayudarla en vida. En la actualidad creo que es un tipo de obra que casi debería ser recomendada como lectura en institutos y ser comentada en clase o en casa, para de alguna forma crear conciencia de esta calamidad. Y, por supuesto, también es un comic de muy buena calidad que, aunque breve, deja mucho poso en el lector (al menos a mí me tuvo días dándole vueltas).
* ALEJANDRO: Number 5, de Taiyo Matsumoto. Hace unos años vivimos una explosión de publicaciones de Taiyo Matsumoto en España por ECC, pero como parece que el grifo se ha cerrado, he migrado a otros mercados para poder leer una obra que siempre me llamó mucho la atención del maestro, No.5.
Esta es una serie bastante inusual en la bibliografía del autor, pues se aleja de su habitual costumbrismo y de los personajes marginales para construir un extraño mundo de ciencia ficción con tintes punk y mucho de surrealismo. El guión puede ser el más confuso de todos los que le he leído, ya que es bastante difícil ubicarse y entender lo que está sucediendo hasta bien avanzada la lectura, e incluso entonces sigues sin tener del todo claro lo que ocurre en muchos momentos. Pero, a pesar de ello, Taiyo Matsumoto despliega su habilidad con la pluma de tal manera que no me queda más remedio que caer rendido a sus pies. Cada página es tan fascinante, tan llena de vida y detalles, como salidas de un cuadro de Dalí... Tan solo en Takemitsu Zamurái he visto a un Taiyo Matsumoto más inspirado que aquí, y eso es decir mucho.
7º Puesto
* ADRI: Kakukaku Shikajika, de Akiko Higashimura. Pasando a contextos menos traumáticos, la obra más premiada y personal de Akiko Higashimura, que ya me tiene enamorado como autora y de quien espero leer más pronto, ocupa mi séptimo lugar.
En este caso se trata de un manga autobiográfico en el que tenemos la oportunidad de ver su aprendizaje artístico en la adolescencia, su paso por la universidad y sus primeros pinitos como autora. Y, sobre todo y lo que más me gusta de la obra, la relación con su excéntrico maestro, ya fallecido, que se siente muy real y bien desarrollada. Es cierto que Higashimura se ha hecho especialmente famosa por sus retratos de la vida urbana de mujeres adultas en el Japón contemporáneo, pero aquí se pone mucho más intimista y deja ver un retrato de todo su crecimiento profesional, y resulta maravillosa.
* ALEJANDRO: Sumire Hakusho, de Kazuo Kamimura. Para sorpresa de nadie, si leo una nueva obra de Kazuo Kamimura... Kazuo Kamimura entra en mi top. Es lo que hay, amigos, es uno de mis autores favoritos y nunca me decepciona.
Traducida en Francia como Fleur de l'ombre, Sumire Hakusho nos cuenta la vida de una joven solitaria e independiente en el Japón de los años 70, la complicada relación con su madre ya fallecida y sus dificultades para entablar relaciones interpersonales, bien sean con amigas o con hombres. Temas recurrentes en la producción artística de Kamimura, siempre el gran maestro del drama romántico costumbrista de la era Showa, cuyos bellos y aparentemente sencillos trazos te trasladan a otra época. No creo que sea una de sus mayores obras, pero estamos hablando de un autor de tanto talento que, incluso estando poco inspirado (y no es el caso, ojo), no deja de ser brillante.
6º Puesto
* ADRI: Paradise Kiss, de Ai Yazawa. Otra autora a la que adoro y de la cual he leído menos de lo que me gustaría... Pero es que Ai Yazawa es una genio para escribir culebrones en forma de manga.
Es cierto que su obra mas conocida y mítica es Nana, pero para el que no quiera meterse 20 tomos para el cuerpo (y además quedarse a medias, por desgracia), Paradise Kiss funciona perfectamente como una muestra de lo que uno se encuentra en aquella. A mí me gusta decir que es un Nana en miniatura, y lo es en todos los sentidos. Sus personajes son arquetipos que ya encontramos dentro de su obra, en un contexto mas íntimo, ya que por longitud presenta una historia y situaciones menos extensas, pero de gran calidad. Con un dibujo y diseño de personajes (y vestuarios, que esto es un manga sobre moda, no olvidemos) excelentes, los sentimientos siempre a flor de piel, y, por supuesto, uno de los más bellos retratos del Japón urbano que te puedes encontrar.
* ALEJANDRO: Unico, de Osamu Tezuka. Llevaba muchos años deseando leer esta obra tan especial del Dios del Manga, y por fin he podido hacerlo gracias a la edición italiana (porque si llega a España... con los precios de Planeta... ay...). Muchos conoceréis a esta icónica y simpática cría de unicornio aunque sea por las películas animadas, pero el manga tiene algo que lo hace muy (nunca mejor dicho) único: es a todo color.
Unas 400 páginas a todo color, un color vibrante, narrativo, con algunas de las composiciones de página más elaboradas y cuidadas de la carrera de Tezuka (que no es poca cosa)... para contar las aventuras y desventuras de esta pobre criatura mágica que vaga de mundo de fantasía en mundo de fantasía, tratando de encontrar una forma de volver a su hogar y ayudando con su poder a quienes son amables con él. Una obra infantil bellísima, perfecta para los más pequeños, pero que a los adultos también nos deja embelesados por su extraordinario despliegue artístico.
5º Puesto
* ADRI: GoGo Monster, de Taiyo Matsumoto. Llegamos a la mitad del top con otro de mis
autores favoritos, Taiyo Matsumoto, ya mencionado en el top de mi compañero. GoGo Monster es una obra de carácter muy intimista
ambientada en un orfanato, en la tónica habitual del autor. Y lo cierto es que, para mi gusto, entraría entre lo mejor que he leído de él.
Tiene todo ese encanto visual tan underground y alternativo, de influencia europea, que domina como
el que más, y lo aprovecha para representar la imaginación de los niños en un
contexto melancólico y triste, pero también lleno de una cierta inocencia infantil.
* ALEJANDRO: ¡Huyamos Juntas!, de Battan. Entramos en el ecuador del top con una de las obras (y autoras) que más me ha sorprendido este pasado año. Al igual que con el tomo La amiga de mi hermana, he descubierto en esta obra a una autora que tiene todas las papeletas para convertirse en una de mis autoras contemporáneas favoritas. Me he quedado absolutamente prendado del delicado y preciso trazo de Battan, de su narrativa y de la profundidad de sus historias, que casi parece accidental de lo fácil que lo hace parecer.
En ¡Huyamos Juntas! tenemos algo que va mucho más allá de ser un "simple" romance entre dos mujeres. Es una obra con tintes melancólicos sobre los años perdidos, la juventud que se acaba y el incierto inicio de una vida adulta para la que la protagonista no está preparada. Pero también trata de forma impactante y muy poderosa temas tan importante como el maltrato psicológico (antesala de la agresión física), y tampoco se olvida de echar una mirada a la homofobia de la sociedad japonesa (a diferencia de tantos otros BL y yuris que parecen suceder en un mundo ideal). Pero, ante todo, es una obra hermosa y con un mensaje optimista y sanador.
4º Puesto
* ADRI: Pink, de Kyoko Okazaki. Y vamos con otra importante voz femenina del manga moderno. Pink es una obra que se centra en la cara mas melancólica del Japón urbano, esta vez de mano de Kyoko Okazaki, una autora que, por motivos de salud, ha sido incapaz de continuar con sus carrera desde hace un par de décadas, pero que entre esta y Helter Skelter, entre otras, ha dejado un legado enorme en el mundo del manga.
Su trazo fino y dibujo simple, casi abocetado, le dan una gran y fuerte personalidad a sus páginas. Sin dejar nunca de lado la seriedad y melancolía, a veces aderezada con un poco de humor irónico y situaciones picantes el retrato dramático de la vida de su protagonista. Creo que lo que más me ha gustado de este manga es ese tropo de la familia encontrada que a mí, personalmente, me calienta mucho el corazón siempre. Y entre todas las putadas que acaban viviendo los protagonistas, es todo un alivio saber que tienen algo a lo que aferrarse.
* ALEJANDRO: Breve Historia del Robo Sapiens, de Toranosuke Shimada. Una inclusión verdaderamente de última hora a mi top ha sido este tomo tan especial recientemente publicado en España tras cosechar diversos premios y reconocimientos. Y es que, a pesar de su brevedad y de su aparente ligereza narrativa (el texto es escaso y las viñetas, grandes y de trazo muy limpio y sencillo, con pocos detalles), Toranosuke Shimada ha conseguido crear aquí un relato coral de dimensiones colosales.
Con todo el feel de la ciencia ficción sobre robótica clásica de Isaac Asimov o Philip K. Dick, pero combinada con una absoluta modernidad temática, el autor narra los primeros pasos en la evolución de la vida en la Tierra: la progresiva regresión del ser humano y el avance de los seres robóticos. Vas conociendo diversas historias, poco a poco, que se van retomando y conectando entre sí para crear un lienzo final francamente asombroso. Es una de esas obras que, con poco, te hacen sentir la inmensidad del tiempo, algo que creo que no sentía con tanta fuerza desde... Fénix: El Futuro, de Tezuka.
3er Puesto
* ADRI: Destino Terra..., de Keiko Takemiya. Mi Medalla de Bronce va este año para una de las más grandes, Keiko Takemiya. La ciencia ficción es uno de mis géneros favoritos, y debo decir que la ciencia ficción japonesa no sería igual sin esta obra. Es cierto que no ha tenido en Occidente la proyección que otras space operas como Gundam, Legend of the Galactic Heroes, o el mismo Harlock, pero no tiene nada que envidiarles. Juegan en la misma liga.
Es una obra densa, cargada de temas sociales y conceptos de ciencia ficción como la eugenesia, los poderes extrasensoriales, la guerra entre diferentes razas, etc. Todo ello con el estilo propio de Keiko Takemiya (que, aunque publicara esta obra en una revista shonen, no dejaba de ser una autora de shojo clásico). Es indescriptible lo atrapante que llega a ser este manga, como algunas de las mejores novelas de ciencia ficción de los años 70 o incluso más.
* ALEJANDRO: F.Compo, de Tsukasa Hojo. Mi podio comienza con una obra de la que ya he hablado anteriormente por aquí y que ha sido una grata sorpresa tras mis reticencias iniciales. Como muchos sabréis, en F.Compo Tsukasa Hojo nos presenta una comedia costumbrista con una gran particularidad: está llena de personajes trans. Los tíos del protagonista, que le adoptan tras la muerte de sus padres, son ambos trans, y su prima... no siempre se presenta socialmente como mujer, de lo que deducimos que es de género fluido, aunque la obra no maneje un vocabulario tan concreto.
A pesar de ser una realizada por un autor cishetero, en los años 90 y en Japón, me parece importante señalar el cariño y la positividad con la que Hojo trata a los personajes. No maneja el lenguaje más adecuado, y en algunas ocasiones cae en problemas propios de su sociedad y su tiempo, pero ante todo prima el respeto y el amor. Y, sin quererlo, es una obra, a pesar de todo, extraordinariamente moderna, especialmente para un país como Japón. Por hacer una comparación, unos puestos atrás he hablado de Boys Run the Riot, que es una obra, evidentemente, con una representación trans mucho más precisa y delicada (y moderna, ya que F.Compo no deja de tener 25 años), pero esta es mejor obra en conjunto, por sus personajes, su sentido del humor y su estupendo arte (mucho más pulido que en City Hunter, por ejemplo). Es una lectura ligera, muy agradable, de esas en las que te quedas totalmente prendado de los personajes como si fueran tu propia familia. Precisamente me ha transmitido sensaciones muy cercanas a uno de mis mangas favoritos: Maison Ikkoku, de Rumiko Takahashi.
2º Puesto
* ADRI: La pequeña forastera, de Nagabe. Mi primera lectura de Nagabe ha sido también una lectura de última hora que se ha colado de golpe en el top y se ha llevado la Medalla de Plata (y no ha sido la de oro por poco).
La pequeña forastera es, básicamente, un cuento de hadas clásico con un estilo algo oscuro y macabro pero que siempre mantiene la calidez en sus escenas familiares. De nuevo el tropo de la familia encontrada se hace presente. Hay belleza y paz entre tanta oscuridad, y es que, aunque en un principio pueda parecer tierno o infantil, en seguida empieza a desdoblarse una historia muy oscura donde acaba cuestionándose la misma palabra de Dios, la existencia de sus personajes y la verdadera identidad humana. Todo esto suena muy pretencioso así dicho, pero Nagabe sabe hacerlo cercano, gradual, sin bombardearte con filosofía barata, sino dejando que vaya fluyendo por la historia, que nunca deja de ser un cuento de hadas con un dibujo hermoso e inconfundible. De lo mejor que he podido leer este año, desde luego.
* ALEJANDRO: Haikara-san ga Tooru, de Waki Yamato. Mi Medalla de Plata va destinada a una obra que ha llegado mucho más arriba de lo que pensaba. Waki Yamato es una de las autoras clave del shojo de los años 70, coetánea al Grupo del 24 aunque normalmente no incluida (váyase usted a saber con qué criterios se define el grupo, ya que por año de nacimiento, estilo gráfico y modernidad temática y narrativa, debería entrar en lo que no deja de ser un grupo generacional de artistas). Gracias a la edición italiana de esta obra, una de sus series más importantes, he podido aproximarme a esta autora... y he quedado encantado.
Como digo, Yamato hace gala de una total modernidad gráfica, narrativa y temática, en una línea muy similar a otras autoras como Riyoko Ikeda. En esta obra decide pintar un fresco del Japón del periodo Taisho, a principios de los años 20 del siglo pasado, una época de plena transformación y modernización tras la apertura de la Era Meiji. Y, con ello, una protagonista joven, con carácter y una voluntad de hierro, busca su lugar en el mundo y el amor en el Tokio de esa convulsa era. Los que estéis familiarizados con el shojo de los 70 de autoras como las mencionadas sabréis qué encontraréis aquí: historias con mucha pasión y mucha intensidad, pero no tan melodramáticas como otras estilísticamente más conservadoras (como Candy Candy). Además, una particularidad muy interesante de Waki Yamato, al menos aquí, son los alivios cómicos, rupturas de la cuarta pared y referencias anacrónicas a la cultura pop (incluidas varias a Rocky Horror, por lo que es automáticamente una obra maestra, yo no hago las reglas).
1er Puesto
* ADRI: El perro enamorado de las estrellas, de Takashi Murakami. Y no podía ser otra mi Medalla de Oro. En mi defensa diré que nadie que tenga perro, o que como mínimo le gusten, podría poner esta obra en un puesto más bajo. Es el Hachiko del manga, y podría perfectamente ser una película dirigida por Naoko Ogigami o el propio Hirokazu Koreeda, o incluso Yoji Yamada.
Es un hermoso retrato contemporáneo de Japón, y al mismo tiempo una historia hermosa desde la mirada inocente de un perrito adorable. Vas a llorar bastante si entras en ella, y vas a ver algunas críticas a la sociedad japonesa la mar de interesantes. Pero, sobre todo, es una obra que deja el corazón bastante calentito en algunos momentos, a la vez que incluso te hace querer gritar para que alguien ayude a su pequeño y peludo protagonista. No puedo decir mucho más, quizá no sea el mejor cómic del top, pero sí es mi lectura favorita de 2022, así que... aquí queda. Mi manga favorito del año.
* ALEJANDRO: Star Red, de Moto Hagio. Pues cómo iba a ser de otro modo, ¿no? Las cosas como son: Moto Hagio es una de mis autoras favoritas, y Star Red es una obra que quería leer desde hacía muchos años y que he podido hacer gracias a la edición italiana.
Una intensa historia de ciencia ficción espacial, en una línea bastante similar a Terra e... de su compañera Keiko Takemiya, ya que trata conflictos interplanetarios, nuevas ramas evolutivas de la humanidad, poderes ESP... Pero con su propia trama y el siempre impresionante despliegue artístico de una autora en la plenitud de sus capacidades. Tras la expansión espacial de la humanidad y el abandono de la colonia penitenciaria de Marte, los presos exiliados montaron su propia civilización marciana, cuyas nuevas generaciones tienen en común el cabello blanco y los ojos rojos, y unos poderes psíquicos más fuertes en cada nueva generación. Pura ciencia ficción setentera de la mano de una autora apasionante. Es una lectura algo densa, eso sí, ya que la narrativa de Hagio siempre ha sido muy comprimida, pero eso permite desarrollar una completa e intrincada intriga espacial en algo menos de 500 páginas. Si os gusta el género y/o los grandes clásicos del shojo, no podéis dejar escapar esta obra, que habrá que rezar por que llegue algún día en español.
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¡Y se acabó por este año! Hasta aquí ha llegado finalmente el repaso a nuestras lecturas más destacadas de 2022. Como todos los años, esperamos que os hayan gustado nuestros tops, y a ser posible, que os sirvan para conocer o animaros a leer alguna de las obras aquí reflejadas si aún no lo habéis hecho, porque todas valen mucho la pena, os lo aseguramos (claro, si no, no las habríamos elegido).
Os animamos también a comentar no solo los nuestros, sino a compartir con nosotros vuestros propios tops o listas con las lecturas que más hayáis disfrutado durante este año.
Y ya estaría. Con esto se acaba la programación para este 2022 (al menos en principio). Nosotros nos despedimos, no sin antes desearos un feliz fin de año y una buena entrada en 2023. Y en unos días iniciaremos nuestro año bloguero con algún otro post típico de estas fechas.
¡Hasta la próxima!
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