Saludos a todo el mundo.
Si hace pocas semanas nos levantábamos con la triste noticia del fallecimiento de Takao Saito, hoy se repite la situación con otro de los nombres más importantes e influyentes del gekiga de los años 60 y 70: el pasado día 8 de octubre fallecía, a los 89 años de edad, Sanpei Shirato, especialmente conocido por sus obras de ninjas y samuráis como la legendaria Kamui-den.
Asimismo, se ha comunicado que unos días después, el 12, fallecía también su hermano menor Tetsuji Okamoto, que se encargó del dibujo de algunas partes más recientes de la saga de Kamui.
Sanpei Shirato: Gekiga, ninjas y marxismo
Nacido el 15 de febrero de 1932 como Noboru Okamoto en el seno de una familia proletaria, el activismo político de su padre y su cercanía con el escritor y líder marxista Takiji Kobayashi definieron rápidamente las inclinaciones ideológicas de Shirato.
Tras un inicio como artista de kami-shibai (teatro de papel), Sanpei Shirato dio el salto al manga en 1957, incorporándose a la entonces naciente corriente del gekiga. Entre 1959 y 1962 publicó su primera gran obra maestra, Ninja Bugeichou.
En 1964, de hecho, contribuyó a la fundación de la mítica revista Garo (nombrada así, por cierto, a raíz de uno de sus personajes), imprescindible para la consolidación del gekiga, en la que publicó desde su primer número la que sería su obra más famosa, Kamui-den, cuya serie principal continuaría hasta 1971, pero a la que agregaría nuevas precuelas y secuelas a lo largo de las décadas.
A pesar de su especialización en obras de corte histórico, o jidaimono, Sanpei Shirato imbuía estos relatos de una lectura claramente marxista, empleando a la casta samurái como metáfora de las clases opresoras del pueblo llano, que era el proletariado. Gracias a ello, se convirtió en los años 60 en un autor de referencia para los movimientos izquierdistas estudiantiles que sacudieron Japón durante gran parte de la década.
Por desgracia, el autor se mantuvo firme durante sus últimos años de vida en su negativa a ceder los derechos internacionales de sus obras para su publicación en el extranjero, ya que no deseaba dejar a sus herederos el problema de gestionarlos cuando muriera, por lo que actualmente tenemos muy difícil acceso a sus obras publicadas en algún idioma occidental. Hace cerca de una década, la editorial francesa Kana tuvo la suerte de poder publicar Kamui-den en 4 voluminosos tomos de 1500 páginas, pero actualmente se encuentran totalmente descatalogados. Una suerte parecida corren los 4 tomos que conforman la edición italiana de Ninja Bugeichou (publicada como Kagemaru-den) y el tomo único Akame: The Red Eyes. Por supuesto, no hay mucho que decir sobre los pobres intentos de publicar fragmentariamente su obra durante los años 90 en varios países. Quizá, con un poco de suerte, los herederos de los derechos del maestro tendrán a bien permitir su publicación en el futuro próximo, porque es necesario mantener vivo el legado de tan importante artista.
Hasta siempre, sensei. Gracias por todo.
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