viernes, 19 de abril de 2019

Fallecen los maestros Monkey Punch y Kazuo Koike



Buenas tardes a todos y sed tristemente bienvenidos a La Bandera de la Libertad.

Otra vez más nos vemos en la poco agradable tesitura de publicar una entrada de esta naturaleza, y además esta vez es especialmente triste. Con apenas un par de días de diferencia, nos han dejado no uno, sino dos importantísimos maestros de la historia del manga, coetáneos y rivales entre ellos: Monkey Punch y Kazuo Koike.

Si el otro día, al conocerse el fallecimiento de Monkey Punch, no tuvimos ocasión de dedicarle unas palabras por asuntos personales, hoy nos hemos levantado con otra triste noticia: los medios japoneses anunciaban también el deceso de Kazuo Koike. Así que hoy sí, vamos a honrar humildemente la memoria de ambos artistas con este pequeño obituario conjunto.

Monkey Punch, padre de Lupin III

Kazuhiko Kato, conocido artísticamente por su seudónimo Monkey Punch, nació en Hokkaido el 26 de mayo de 1937. Tras graduarse, debutó profesionalmente en 1965, utilizando inicialmente otros seudónimos. El nombre de "Monkey Punch" llegaría algo más adelante, por sugerencia de su editor, aunque para Kato inicialmente no era de su agrado.


El gran boom de su carrera comenzaría, de forma más bien inesperada, en 1967. Ese año comenzó a publicar la serie Lupin III en la revista Weelky Manga Action de Futabasha, en la que contaba las aventuras de Arséne Lupin III, nieto del archiconocido caballero ladrón creado por el novelista francés Maurice Leblanc a principios de siglo. 

La serie fue un gran éxito, pero cambió para siempre la historia del manganime a partir de 1971, cuando fue adaptada al anime por primera vez. Aquella humilde producción de 23 episodios se convertiría en una de las primeras colaboraciones de los legendarios Isao Takahata y Hayao Miyazaki, mucho antes de que se forjaran un nombre con Ghibli (y culminaría con la película El Castillo de Cagliostro, primer largometraje de Miyazaki). 


Tras esta primera temporada, Lupin y sus compañeros volverían a las pantallas con una segunda tanda, de más de 170 episodios, en 1977 y una tercera en 1984. Ya en 2015 se estrenó una cuarta serie televisiva, y en 2018 la quinta. A lo que se le suma la fantástica reimaginación en clave feminista de Mine Fujiko to Iu Onna, y decenas de películas, especiales de TV y OVA's a lo largo de todas estas décadas, incluidas un par de adaptaciones a imagen real. 

El enorme éxito de su obra llevó a Monkey Punch extendiera las aventuras del pícaro ladrón durante 14 tomos (aunque fue inicialmente planeada como una serie breve), y años después, entre 1977 y 1981, publicaría otra tanda de otros 17 volúmenes, bajo el título de Shin Lupin III


Monkey Punch destacó en el mundo del cómic universal gracias no solo a su obra maestra y sus increíblemente carismáticos personajes, sino también por su característico estilo artístico. El arte de Monkey Punch se alejaba enormemente de las tendencias habituales del manga, incluso de las corrientes más marcadamente adultas (gekiga), ya que bebía fuertemente del estilo occidental, especialmente de la revista cómica para adultos americana Mad Magazine


Hace pocos días nos enteramos oficialmente de que el autor había fallecido el día 11 de abril, a los 81 años, a causa de una neumonía. Inevitablemente, estamos en un momento en el que la mayoría de los más grandes y trascendentes maestros del manga empiezan a marcharse a causa de su avanzada edad. Pero algo está claro: aunque Monkey Punch nos haya dejado, Lupin, Fujiko, Jigen, Goemon y Zenigata estarán siempre con nosotros, y es gracias a él


Kazuo Koike, el gran guionista de samuráis y yakuzas

Kazuo Koike nació el 8 de mayo de 1936, y desde que comenzó su carrera profesional como guionista en los años 60, fue considerado como uno de los mejores autores de manga, y uno de los más influyentes en el cómic mundial, especialmente gracias a sus obras de época junto a Goseki Kojima y sus relatos de crimen organizado con Ryoichi Ikegami


Koike fue una de las grandes cabezas visibles del gekiga, el manga de temática y estilo adultos, en contraposición al manga infantil y juvenil imperante hasta el momento. Lograría su consagración especialmente a través de su prolongada colaboración con el dibujante Goseki Kojima, con quien creó algunos de los más míticos e influyentes mangas históricos de samuráis (junto a las obras de Hiroshi Hirata y Sanpei Shirato). Entre ellos, sin duda, su gran obra maestra fue El Lobo Solitario y su Cachorro (1970-1976), reconocido mundialmente como uno de los mejores mangas de la historia. 


Otro punto de inflexión en su obra llegó entre 1972 y 1973 con su colaboración con el gran Kazuo Kamimura, maestro del costumbrismo femenino, con quien creó otro icono del manga jidaimono (de época): Lady Snowblood, el relato de venganza de una mortífera asesina, que además fue llevado al cine con dos películas ya de culto protagonizadas por Meiko Kaji


En su otra vertiente, como autor de historias sobre yakuzas, destaca la obra que realizó junto a Ryoichi Ikegami, Crying Freeman, uno de los mangas del género más influyentes de la historia, publicado en Japón entre 1986 y 1988.

Ya como autor consagrado, Koike fundó su propia escuela de manga, la Gekiga Sonjuku, en la que él mismo impartía clases sobre guión y, especialmente, creación de personajes, el elemento que siempre consideró el más determinante para la calidad de una obra. Bajo sus enseñanzas surgieron otros grandes autores como Rumiko Takahashi o Tetsuo Hara


Otras de sus obras son, con Goseki Kojima, Asa, el Ejecutor, Hanzo, el camino del asesino, Son Goku, el héroe de la Ruta de la Seda, Kasajiro el Clavatatamis, El Hombre Sediento, Kei, crónica de una juventud, Llegó la primavera, La Leyenda de Kujaku, El Carterista...; o con Ryoichi Ikegami, Offered o Kizuobito.

Hoy mismo nos enterábamos de su fallecimiento el día 17, a los 82 años de edad, también a causa de una neumonía, como su rival Monkey Punch. A veces el destino tiene extrañas ironías.







En conclusión, desde este pequeño blog, dos aficionados y grandes admiradores de sendos maestros queremos darles un último adiós. Pocas obras, por no decir ninguna, nos han regalado unos personajes tan profundamente carismáticos e icónicos como los pícaros ladrones y su desesperado perseguidor de Lupin III. Del mismo modo que pocos autores pueden presumir de una lista tan larga de brillantes obras como Kazuo Koike, que además, haciendo un gran ejercicio de erudición, supo traernos hasta la actualidad los pormenores del día a día del Japón de la Época Edo. 

Hasta siempre, senseis. Gracias por tanto.




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