¡Feliz Navidad y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!
Parece mentira, pero ya estamos otra vez en Navidad, esa época del año en la que debe imperar la felicidad, la familia, el amor, los villancicos... y los regalos, claro. Y para haceros más llevaderas esas reuniones familiares, como todos los años, queremos recomendaros una película perfecta para verla en la sobremesa de alguna de las cenas o comidas que tengáis estos días.
Y este año os vamos a hablar de una película... especial... Tan especial que no dejará indiferente a nadie. Aunque quizá no siempre en el mejor sentido. Y es que estamos ante una película de Sion Sono, uno de los directores-autor más transgresores e impredecibles del cine japonés contemporáneo. Tras auténticas (pero fascinantes) idas de olla en su abundante filmografía (como la infame El Club del Suicidio, Love Exposure o Antiporno), en 2015 estrenó este filme, Love & Peace, en el que el director decidía pasar al cine familiar, pero sin poder evitar dejar su sello por todas partes.
¡Atentos a los detalles!
¿De qué trata?
Ryoichi es un mediocre oficinista solitario e introvertido que sueña con convertirse en estrella del rock. Un día decide adoptar una tortuga, a la que llama Pikadon, con la que desarrolla un fuerte vínculo. Pero cuando sus crueles compañeros la descubren empiezan a burlarse de él, de modo que Ryoichi, en un ataque de pánico, la lanza al retrete y tira de la cadena, arrepintiéndose inmediatamente.
Se desencadenará así la aventura de la tortuga por tratar de regresar a casa en Navidad, junto a un montón de juguetes y mascotas abandonados que han cobrado conciencia propia, mientras Ryoichi logra sus sueños musicales de manera casi fortuita.
Opinión
En Love & Peace no solo encontramos una clásica historia de viaje de retorno a casa de estilo infantil y
familiar (que también), sino que incluso predomina más un sentido del humor muy propio de Sion Sono, basado en una comedia absurda e histriónica, que da lugar a escenas muy originales y divertidas.
Está llena de momentos que te harán poner cara de asombro, siempre que seas capaz de aceptar y entrar en su juego.
En cierto modo, el protagonista puede recordar a Detroit Metal City por
el histrionismo con el que es representado su sueño de ser estrella del rock, así como por las indumentarias tan desfasadas y horteras que lleva cuando lo cumple. Así, toda la historia de Ryoichi constituye la parte más cómica y absurda de la película.
Por otro lado, tenemos la historia de la tortuga Pikadon,
la dimensión más entrañable, mágica e infantil. Nos encontramos con una suerte de cóctel entre Toy Story, en el que los
juguetes abandonados cobran vida y tienen personalidad propia; Tokyo Godfathers, ya que juguetes y mascotas perdidos forman familia con un misterioso y afable vagabundo que esconde un mágico secreto; realizado todo ello con unos efectos especiales al más puro estilo tokusatsu (en cuya cutrez radica su encanto), que recuerdan a las antiguas series y películas de este
género... Hasta que al final, la espiral de locuras que nos ofrece Sono deviene en toda una parodia del kaiju-eiga (imposible no pensar en Gamera, ya que estamos hablando de una película protagonizada por una tortuga).
Contiene además bastantes referencias a la cultura pop japonesa, una
cierta mención muy tangencial y en clave de humor a la memoria de las bombas atómicas (no esperéis nada tan explícito como en Godzilla, pero estar está, sorprendentemente) y hasta el mismísimo Santa Claus como
personaje clave en la película.
Probablemente no sea la película que uno piense como primera opción para ver en familia esta Navidad, ya que es una obra tremendamente especial, en todos los sentidos posibles. Pero
desde luego es una propuesta diferente, y vale mucho la pena darle un
visionado, y más aún en estas fechas. Si sois amantes del cine asiático y/o estáis dispuestos a entrar en el juego de locura y delirio de un director tan particular como Sion Sono, os garantizamos un visionado navideño de lo más divertido y entrañable.
Y hasta aquí nuestra recomendación navideña de 2018. Nos despedimos deseándonos unas felices fiestas, unas llevaderas reuniones familiares y unas generosas visitas de Santa Claus. Nosotros volvemos por aquí en breve para comentar con vosotros los que nos traiga dicho gordo de rojo.
¡Feliz Navidad!
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