Saludos a todos.
Abrimos triste e inesperadamente una vez más las puertas de nuestro blog hoy, aunque os aseguramos que desearíamos no tener que estar haciéndolo.
Hoy, 5 de abril de 2018, ha fallecido en Japón Isao Takahata.
No se conocen las causas exactas del fallecimiento, aunque sí sabemos que ha pasado a mejor vida en un hospital de Tokio tras unos meses lidiando con un estado de salud no muy bueno. El maestro tenía ya 82 años.
La mayoría conocería a Takahata por ser el cofundador, junto a su gran amigo Hayao Miyazaki, del prestigioso Estudio Ghibli, bajo el que realizó obras maestras de la animación como Pompoko, Recuerdos del Ayer, Mis Vecinos los Yamada, El Cuento de la Princesa Kaguya o, sobre todo, la desgarradora La Tumba de las Luciérnagas. Pero también le podréis conocer por su labor anterior en Nippon Animation, para quienes dirigió clásicos como Heidi, Marco o Ana de las Tejas Verdes. Asimismo, junto a Miyazaki (cuya carrera como director de animación impulsó), se haría cargo de la dirección de la primera temporada de Lupin III en 1971, dándole el giro decisivo que la convirtió en una las sagas más míticas de la historia del anime.
Nuestros lectores habituales sabrán perfectamente que somos profundos admiradores de la carrera de Isao Takahata, a quien consideramos uno de nuestros directores favoritos de todos los tiempos, no de animación en particular, sino de cine en general,. Podéis leer nuestras reseñas de sus películas Mis Vecinos los Yamada, Goshu el Violoncelista y Recuerdos del Ayer haciendo click en los títulos.
Os dejamos, como siempre en estos tristes casos, con una breve biografía de este inigualable director.
Isao Takahata: Sensibilidad, humor, delicadeza
Nacido en 1935, Isao Takahata se incorporó a las filas de Toei y debutó profesionalmente como director con Las Aventuras de Hols: Príncipe del Sol (Taiyou no Ouji Horusu no Daibouken) en 1968, en la que ya trabajó codo con codo con Hayao Miyzaki, encargado de la animación.
Entre 1974 y 1978, trabajó para Nippon Animation dirigiendo tres de las más importantes series del contenedor World Masterpiece Theater, que buscaba ofrecer adaptaciones a la animación de grandes clásicos de la literatura infantil, generalmente europea. Nos referimos a los clásicos Heidi (Alps no Shoujo Heidi), Marco (Haha wo Tazunete Sanzenri) y Ana de las Tejas Verdes (Akage no Anne), en los que Miyazaki participó nuevamente en la animación.
En 1985, Isao Takahata y Hayao Miyazaki se independizaron de todos los estudios y fundaron juntos el Estudio Ghibli, que acabaría convirtiéndose en uno de los más prestigiosos del mundo y que ha ofrecido grandes obras maestras de la animación. En Ghibli, Takahata llegó a dirigir un total de cinco películas, consideradas todas ellas auténticas obras de arte. En 1988 llegaría a las carteleras japonesas el drama antibelicista La Tumba de las Luciérnagas (Hotaru no Haka), la mayor obra maestra del director y una de las más importantes películas animadas de la historia. A ella le seguirían el drama costumbrista Recuerdos del Ayer (Omoide Poroporo, 1991), la fantasía ecologista Pompoko (Heisei Tanuki Gassen Ponpoko, 1994), la comedia familiar costumbrista Mis Vecinos los Yamada (Tonari no Yamada-kun, 1999) y, finalmente, El Cuento de la Princesa Kaguya (Kaguya-hime no Monogatari, 2013), adaptación del clásico de la literatura nipona El cortador de bambú (Taketori Monogatari).
Además de las películas dirigidas por él mismo, Takahata trabajó en diversos niveles de muchas de las producciones del estudio, especialmente en las de Miyazaki, desde la producción hasta la animación.
Otras de las películas dirigidas por Isao Takahata antes de la fundación de Ghibli son Goshu el Violoncelista (Cello Hiki no Gauche, 1982), adaptación del cuento homónimo de Kenji Miyazawa o el inocente kodomo Las Aventuras de Panda y sus Amigos (Panda Kopanda, 1972-1973).
Destrozados por lo repentino e inesperado de esta noticia, desde La Bandera de la Libertad solo hemos querido ofrecer el más humilde de los obituarios a la memoria del que ha sido, y será siempre, uno de los mayores maestros de la historia del cine de animación. Ahora se marchado para no volver, y parece increíble que no vayamos a volver a ver su perpetua y discreta sonrisa, ni a disfrutar de ninguna otra de sus maravillosas obras maestras. Pero el enorme legado que nos ha dejado Isao Takahata siempre vivirá en nosotros. Como se suele decir, una persona solo muere de verdad cuando es olvidada.
Hasta siempre, sensei. Gracias por tanto.
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