Un saludo a todos.
Finalmente ha llegado el día que no queríamos que llegara. Hace unas horas se hacía pública la noticia del fallecimiento de Leiji Matsumoto, que se produjo el pasado 13 de febrero en un hospital de Tokio, aparentemente a causa de un fallo cardíaco, a la edad de 85 años.
A lo largo de estos años, hemos escrito varios obituarios (más de los que desearíamos, desde luego) en memoria de grandes autores que nos han ido dejando y a los que admirábamos. Pero este es un caso especial, por motivos, creemos, bastante evidentes. No sabemos muy bien cómo expresar lo que sentimos ante esta pérdida, así que simplemente dejaremos que las palabras fluyan de forma un poco diferente a otras ocasiones.
Leiji Matsumoto
Nacido en 1938 con el nombre de Akira, el maestro Matsumoto debutó como dibujante profesional en 1954, con apenas 16 años. Como otros muchos de su generación, comenzó haciéndose un hueco en el shojo manga, un campo en el que conoció a la también pionera del cómic japonés Miyako Maki, junto a quien publicó numerosas obras y con la que acabaría casándose.
Pero sería en la década de los 70 cuando le llegara la consagración en el terreno de la ciencia ficción, participando en 1974 en la creación del proyecto transmedia Uchuu Senkan Yamato (Space Battleship Yamato), en el que crearía los diseños y se encargaría de la primera versión en papel; y, en 1977, dando el pistoletazo de salida a sus obras más icónicas e influyentes: Capitán Harlock y Galaxy Express 999, además de Queen Emeraldas. Estas obras, junto con otras como Queen Millennia / La Princesa de los Mil Años (Shin Taketori Monogatari: 1000-nen Joo), le convirtieron en uno de los autores clave de la ciencia ficción japonesa y el gran maestro de la space opera (aunque tocaría otros palos, como el western de Gun Frontier o el bélico de The Cockpit).
Probablemente muchos le conoceríais por una de sus obras más populares, bien fuera Harlock, Yamato o Galaxy Express 999. O, quizá, por la reconocida película musical Interstella 5555, en la que se encargó de plasmar visualmente el álbum conceptual de Daft Punk Discovery. Pero, para nosotros, Leiji Matsumoto significaba mucho más.
No es ningún secreto, a la vista del nombre y diseño de este blog, que el Leijiverso es algo muy importante para nosotros. No es simplemente que nos guste. No es simplemente que sea uno de nuestros autores favoritos. Es que nos conocimos a través de su obra.
Los títulos clásicos no son precisamente los que más se comentan en redes sociales, por lo que cuando dos o más personas comparten esos gustos concretos es fácil que se forme un círculo de confianza. Y, básicamente, así fue como estos dos frikis que escriben frikadas en este blog se conocieron. Una amistad que ya dura casi una década comenzó, sin sospecharlo entonces, hablando de Capitán Harlock. Es por eso que al maestro Leiji Matsumoto le debemos no solo las horas de diversión (y de síndrome de Stendhal) que nos proporciona su obra, sino también algo mucho más importante: un hermano.
Nos cambiaste la vida, sensei. Estamos aquí, en este blog, juntos como mejores amigos, gracias a ti. Te debemos más de lo que jamás podremos expresar. Nunca morirás para nosotros. Gracias y buen viaje.
Descansa surcando el infinito mar de estrellas, Maestro.
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