viernes, 2 de noviembre de 2018

[Guía de Lectura] Osamu Tezuka: 90 Aniversario del Dios del Manga



¡Un saludo y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!

Volvemos aquí un día más después de tanto movimiento en las últimas semanas para celebrar un acontecimiento muy especial. Este sábado 3 de noviembre de 2018 se celebra el 90º aniversario del nacimiento de Osamu Tezuka, el Dios del Manga, nacido obviamente en 1928. Y a pesar de la agitación de este fin de semana provocada por el Salón del Manga de Barcelona, creemos necesario dedicarle un pequeño espacio en nuestro blog a esta celebración tan especial.

Así pues, lo que hemos decidido hacer es, como estáis viendo, una "Guía de Lectura" para abordar la obra del gran maestro. Dada su vastísima producción (tanto en cantidad como en variedad), es frecuente que la gente se sienta algo intimidada a la hora de comenzar a leer su obra, ya que no sabe por dónde empezar. Para dar respuesta a esto, proponemos unas cuantas obras que consideramos adecuadas para iniciarse.

Vaya por delante que siempre hemos dicho que la mejor forma de empezar a leer a Tezuka es simplemente plantearse qué se quiere leer, y a partir de ahí buscar la obra idónea, ya que el Dios del Manga dibujó obras para prácticamente todos los gustos posibles. Por ello no vamos a proponer una sola línea de lectura, sino varias, para ayudar a acotar la búsqueda a los despistados. Daremos unas recomendaciones generales, sus obras más icónicas, sus grandes obras maestras, su etapa más oscura y sus orígenes.

¡Comenzamos!


Aproximación General

Empezamos, pues, con un par de obras que serán muy útiles para todos aquellos que deseen acercarse de forma rápida, efectiva y bastante ligera a las temáticas generales más recurrentes de la obra de Osamu Tezuka. Estas dos obras, Bajo el Aire y La Canción de Apolo, serán de gran interés para conocer el estilo gráfico y narrativo del autor, pero también los temas más tratados a lo largo de su carrera y, aún más interesante, su gran versatilidad a la hora de abordar distintos tipos de historias y géneros.

Bajo el Aire


Bajo el Aire (Kuuki no Soko) es un tomo que recopila 16 historias cortas para lectores adultos (editado por Dolmen en España y recientemente reimpreso después de años agotado), que constituyen probablemente la mejor opción para tomar un primer contacto con Tezuka en caso de no conocerlo. Su extraordinaria variedad y calidad dan buena cuenta de las grandes capacidades del Dios del Manga a todos los niveles (artístico, estilístico, temático y argumental). 

Las historias comprenden desde ambientaciones de ciencia ficción, dramas situados en una gran ciudad, racismo, guerra, crimen... Todo ese estilo tan hard boiled que caracterizó al Tezuka más oscuro de los años 70, pero sin dejar de reflejar en sus páginas los temas transversales de su obra. Es el caso de la exploración del alma humana y de la oscuridad y maldad que caracterizan al ser humano, un tema que ocupa gran parte de su obra y que en Bajo el Aire es tema de gran parte de las historias.

Además de todo ello, se puede observar ya una gran madurez en la narrativa y distribución de página, así como en el arte, por lo que lo consideramos la muestra perfecta para empezar fuerte y conocer el potencial del autor.

Destacamos sobre todo las historias El valle perdido, Nuestro mundo y La nueva Virgen, las que consideramos las mejores del tomo y en las que más se puede apreciar todo lo mencionado anteriormente.

La Canción de Apolo


La Canción de Apolo (Apollo no Uta), por su parte, es una perfecta muestra de lo que fueron sus más grandes obras, como Fénix o Buda, en lo que respecta a temas y contenido filosófico. Pero con la particularidad de que en este caso queda todo comprimido en una historia mucho más corta, publicada en España en un único volumen de unas 500 páginas por ECC

Le basta a Tezuka con esta extensión para explorar la condición humana (con sus pros y sus contras), el amor y la sexualidad desde un enfoque metáfisico (que es el tema central de la obra) y otros temas constantes de la filosofía tezukiana. Además, la naturaleza de la historia, basada en las continuas reencarnaciones a lo largo de las épocas (pasadas y futuras) de su protagonista convierte a La Canción de Apolo en una especia de "Fénix en miniatura", ya que también permite al autor demostrar su versatilidad.

Se trata de una obra dura y pesimista, pero también un gran ensayo en la sexualidad humana, el complejo de Edipo, el rechazo del amor... en la que vemos a su protagonista padecer la pérdida del amor en distintas épocas.

La Canción de Apolo es una pequeña gran obra maestra en la producción de Tezuka, probablemente la mejor para iniciarse en su obra junto a Bajo el Aire en nuestra opinión, y es una lectura obligatoria que, entre sus geniales distribuciones de página y su impecable narrativa, contiene un argumento crudo y oscuro que hace pensar tanto como la más profunda novela.


Obras Icónicas

Si lo que preferís es afrontar la lectura de Osamu Tezuka a través de sus obras más conocidas, las que se han instituido como un icono de la cultura popular japonesa a lo largo de las últimas cinco décadas, entonces se os vendrán a la cabeza unos títulos muy concretos. Principalmente Astro Boy y Black Jack, pero también La Princesa Caballero y Jungle Taitei. De ellas hablaremos brevemente a continuación.

Astro Boy


Astro Boy (Tetsuwan Atom) es, sin ningún lugar a dudas, la obra y personaje más icónicos de Osamu Tezuka. Creado en 1951, el maestro continuó dibujando las aventuras de este popularísimo personaje durante casi 20 años, y además fue el elegido para dar el salto a la animación que lo cambió todo, convirtiéndose, en 1963, en el primer anime televisivo de episodios de 24 minutos con cadencia semanal de la historia.

Aún claramente enfocado al público infantil y juvenil, las historias del niño robot hacen gala de un extraordinario talento artístico y amor por el medio, ofreciendo miles de páginas plagadas de aventura, acción, humor y muchísimo ingenio. Por sus características y antigüedad, no es una obra idónea para lectores poco acostumbrados al cómic clásico, pero si no tenéis esos prejuicios, la lectura de este manga hará las delicias de vosotros. 

Recomendamos que, como mínimo, le echéis un ojo a la que habitualmente se considera la mejor de las historias de Astro Boy (consideración con la que estamos de acuerdo, aunque hay algunas más al mismo nivel): El mejor robot sobre la faz de la Tierra, una extraordinaria aventura que inspiraría a Naoki Urasawa su revisión Pluto.

Y para que sea todo más fácil, Planeta Cómics ha empezado recientemente su reedición, tras la publicación en formato tankobon por Glénat hace ya más de 10 años, en enormes tomos de más de 600 páginas.

Black Jack


De no ser por Astro Boy, Black Jack sería la obra más representativa a nivel popular de Osamu Tezuka. El infalible cirujano clandestino fue y sigue siendo un icono dentro de su producción, y no únicamente debido a la extraordinaria calidad de sus historias. Al igual que el anterior, Planeta Cómics acaba de empezar a publicar una reedición en España en tomos grandes de tapa dura de algo más de 600 páginas, por lo que está más accesible que nunca.

En un momento de cambios, a principios de los años 70, cuando el gekiga (manga para adultos) empezaba a ganar terreno al manga y las nuevas generaciones pisaban muy fuerte, las editoriales empezaban a desconfiar de la frescura del maestro. Un editor le dio una "última oportunidad" para dibujar su canto de cisne en 10 capítulos, y la respuesta de Tezuka no fue otra que Black Jack. Pero contra los pronósticos editoriales, el Dios del Manga lo hizo de nuevo: encandiló a todo el mundo con esas 10 historias protagonizadas por el carismático Black Jack, que se convertiría en una serie regular (y una de las más largas de su carrera), lo cual le situó nuevamente en el punto de mira de la industria y el público.

Tezuka, doctorado en Medicina en su juventud, a pesar de no haber ejercido nunca la profesión, utilizó en diversas ocasiones sus conocimientos médicos para sus obras de ficción. Pero nunca los explotó tanto como en Black Jack, en los que el protagonista lleva la ciencia a sus límites más insospechados para lograr proezas imposibles. 

Además de contar con el carisma de uno de sus mejores personajes, esta obra ya muestra la plena madurez narrativa y gráfica de Tezuka, con una inclinación temática a los argumentos algo más adultos y críticos con la sociedad humana y el sistema médico japonés. Todo ello dosificado en entretenidos capítulos autoconclusivos de unas 20 páginas que hacen de esta una lectura deliciosa.

La Princesa Caballero


En 1954, Tezuka volvió a revolucionar el medio, esta vez a una escala un poco menor: el shojo manga. Hasta la llegada de La Princesa Caballero (Ribbon no Kishi), el manga para chicas estaba en un segundo (o tercer) plano, contando únicamente con historias breves, páginas autoconclusivas o tiras cómicas. Esta obra fue la que llevó el story manga (manga argumental) a los dominios del shojo, cambiándolo todo para siempre e influyendo a cientos de autoras posteriores.

Y no solo fue revolucionaria en cuanto a su demografía, sino que fue una de las primeras obras en tratar la ideología de género y presentar una heroína debatiéndose entre lo masculino y lo femenino (por supuesto, sin olvidar en ningún momento que fue realizado hace ya más de 60 años, y lo importante es lo avanzado que fue para su tiempo, no que haya quedado desfasado a la luz del pensamiento actual), cosa que veríamos desarrollarse mucho más adelante especialmente en obras del Grupo del 24, como La Rosa de Versalles.

Es una de las obras infantiles más famosas y de más calidad de Tezuka. Su arte y narrativa son muy similares a lo que encontramos en películas de princesas Disney (trascendental influencia para el autor), pero siempre con el estilo del maestro y obviamente mucho más revolucionario que estas en cuestiones de género. No tenemos una princesa indefensa, sino una heroína que no teme desenvainar su espada para recuperar su reino. 

Cabe señalar, eso sí, que la versión más conocida y editada de La Princesa Caballero no es la original de 1953 (publicada en la revista Shojo Club), sino el remake que el propio Tezuka realizó 10 años después, en 1962, en la revista Nakayoshi. Los cambios, no obstante, son mínimos en ambas versiones: el remake es algo más extenso, tiene algunos personajes adicionales y, por supuesto, artísticamente es mucho más madura. Esta es la versión editada en España, recientemente reeditada por Planeta Cómic en un tomo integral en el mismo formato que las dos anteriores.

Jungle Taitei


La última de las obras más icónicas de Tezuka sería, sin duda, Jungle Taitei (también conocida como Jungle Emperor Leo o Kimba, el león blanco), un manga del que hizo diversas versiones y adaptaciones a lo largo de su vida, incluido el primer anime televisivo a color de la historia. 

Esta obra, tan injustamente olvidada en Occidente por las editoriales, nos cuenta la historia del entrañable leoncito blanco Leo (Kimba, como se le llamó en EE.UU.), capturado por unos cazadores furtivos que han matado a sus padres y llevado a la ciudad, de donde tendrá que escapar para regresar a África para convertirse en el rey de la jungla. Constituye la tercera obra infantil más conocida de Tezuka, junto a Astro Boy y La Princesa Caballero, realizada en los años 60 y llena de su talento narrativo y artístico. 

El episodio que más famosa la acabó haciendo en todo el mundo, a pesar de que ya se habían emitido en televisiones occidentales sus adaptaciones animadas, fue sin duda el conflicto con Disney. Como podéis ver, las similitudes entre esta obra y la famosa película El Rey León son muy evidentes (y lo son aún más si os informáis un poco y veis la cantidad de diseños e incluso planos plagiados por la compañía del ratón para su película). De hecho, cuando Tezuka Pro. llevó el anime a EE.UU. quiso llamar Simba ("león" en suahili) al protagonista, pero por conflictos con otra marca, no pudieron registrarlo y cambiaron la S por una K, un problema que Disney no tuvo 30 años después. Desgraciadamente, nunca se consiguió un fallo judicial a favor del plagio a pesar de las más que evidentes pruebas, por lo que ha quedado como una gran injusticia sin resolver.

Más allá de ese episodio (que podemos aceptar como un quid pro quo, ya que Disney había sido la gran inspiración para el joven Tezuka), estamos ante una obra de gran importancia dentro de la obra del Dios del Manga y es de lectura imprescindible si podéis encontrarla.


Etapa Oscura

En esta tercera sección vamos a comentar tres obras de Tezuka que se corresponden a una fase bastante dura de su carrera, como comentábamos en Black Jack, en la que la competencia comenzaba a ser bastante más seria y el público empezaba a diversificar mucho más sus gustos e intereses, entre mediados de los 60 y los 70. Tras la resistencia inicial, Tezuka dejó de aferrarse al manga infantil y decidió demostrar que también era capaz de ser el mejor haciendo obras para adultos. La difícil situación económica que atravesaba en esos momentos hizo que de esta etapa de febril creatividad surgieran algunas de sus obras más crudas, duras y pesimistas, pero también algunas de las más extraordinarias de su carrera artística. Hablaremos concretamente de El Libro de los Insectos Humanos, Ayako y MW.

El Libro de los Insectos Humanos


El Libro de los Insectos Humanos (Ningen Konchuuki), publicado en 1970-71 y editado en España hace unos años por Astiberri en un tomo integral, constituye una de las primeras grandes obras de esta etapa más oscura, de introspección en las dimensiones más deleznables del ser humano

La historia nos presenta un personaje enmarcado dentro del prototipo de la femme fatale, una mujer que ha alcanzado el éxito a través de la imitación de habilidades, copiando a todos sus rivales y quitando del medio a quien fuera necesario para lograr sus objetivos, sin ningún tipo de escrúpulo.

Sin ser una de las obras maestras de Tezuka, El Libro de los Insectos Humanos es la prueba de que sus personajes son siempre imperfectos, ocultan malas intenciones y algo de oscuridad; pero también dolor, un pasado que los atormenta. 

Estilísticamente también se trata de una obra de madurez, que juega especialmente con la sensualidad de su protagonista y con algunas composiciones de página mucho más espectaculares e impactantes que en obras anteriores.

Por su contenido y desarrollo (y también extensión) bastante más ligeros que la mayoría de las obras de este periodo, El Libro de los Insectos Humanos es una opción muy interesante para aproximarse a Tezuka por primera vez, como pueden atestiguar bastantes lectores españoles que lo hicieron cuando se publicó en 2013 (Syless entre ellos).

Como curiosidad, al ser Tezuka un entomólogo aficionado desde su más tierna infancia, todos los personajes de este manga aparecen relacionados con insectos.

Ayako


Poco después de El Libro de los Insectos Humanos, en 1972, Tezuka inició la publicación de una de sus obras más crueles y oscuras, llevando al extremo la línea de la obra anterior, Ayako. Publicada en dos ocasiones en España, la más reciente hace un par de años por Planeta Cómic en dos grandes volúmenes. 

Ayako presenta la historia de una niña del mismo nombre, hija ilegítima del anciano patriarca de una poderosa familia de terratenientes del Japón rural de la posguerra. La crisis económica, política y social que siguió a la guerra en los años 50 debilita mucho la posición de esta familia, que además se tambalea por sus problemas internos. Tezuka lleva la introspección psicológica en esta ocasión a los secretos de familia, las mentiras, lo oculto entre los recovecos de la vivienda. Y todo ello se vuelca sobre la inocente niña, que crece en un ambiente hostil y cruel que acaba conduciéndole a la locura.

Una de las obras más impactantes del maestro por su contenido, tan descarnado y agresivo contra la protagonista. Pocos mangas más crueles hemos leído (quizá Zankoku na Kami ga Shihai Suru, de Moto Hagio), y para quien quiera historias de este tipo, esta será una buena opción para conocer el lado más retorcido de Osamu Tezuka. Lo que garantizamos es que no es una historia fácil de olvidar.

MW


Y he aquí, para acabar con esta etapa oscura, la que se alza como una de las obras más polémicas y atrevidas, aunque también probablemente la más conocida y laureada de este periodo, del Dios del Manga: MW (pronunciado "MU"). Publicada ya entre 1976 y 1978, la madurez argumental y gráfica está en su punto álgido, pero aún continúa sumida en una gran negatividad. En España fue publicada hace bastantes años en un tomo integral de 500 páginas por Planeta.

Para comprender su nivel de maldad, no hay más que ver su argumento: un psicópata bisexual manipula, valiéndose de sus encantos y su aspecto andrógino, a cuantos hombres y mujeres precisa para lograr sus objetivos vengativos, mientras un sacerdote católico homosexual enamorado de él trata de detenerle. Todo ello relacionado con una trama de misiles y pruebas de armas químicas, que utiliza Tezuka como medio para criticar a la clase política y a los dirigentes sociales, en base a un escándalo similar que sucedió en Japón a mediados de los 70.

Lo más sorprendente de esta obra es lo muy de actualidad que sigue estando a día de hoy, tantos años después y en una sociedad tan diferente a su publicación original. 

Argumentalmente se trata ya de una obra mucho más densa y compleja, llena de subtramas y trasfondo, con giros de guión y mucho más desarrollo de personajes. Tezuka era capaz de crear thrillers muy intensos, y MW es, junto a Adolf, la mayor prueba de ello.


Obras Maestras

Dedicamos este grupo de la guía a las que serían las mayores obras maestras dentro de la producción ya de por sí maestra de Tezuka. Siempre habrá quienes prefieran entrar directamente "por la puerta grande" a la hora de leer a un nuevo autor, en cuyo caso querrán catar de primeras sus principales obras maestra. En el caso de Osamu Tezuka encontramos varias opciones en ese sentido, pero vamos a reducirlas a las que consideramos (y se suelen considerar) sus tres mayores creaciones: Adolf, Buda y Fénix.

Adolf


Considerada una de las obras magnas del Dios del Manga en su etapa ya más madura y plena, durante los años 80, Adolf (Adolf ni Tsugu) se adentra en la temática de la II Guerra Mundial para traernos uno de los mejores thriller políticos que se hayan escrito. Publicada hasta en tres ediciones en España por Planeta Cómic, estamos sin duda ante la obra dirigida a público adulto más conocida y mejor valorada en todo el mundo de Osamu Tezuka.

Entrelazando las historias de tres personas llamadas Adolf (un alemán, un judío y el mismísmo Adolf Hitler), este manga se alza como una obra magna que explora los hipotéticos antecesores judíos del dictador y cómo los documentos que lo acreditan, de revelarse, harían tambalearse las bases del el Tercer Reich.

Adolf podría considerarse una de las obras culmen de la etapa madura de Tezuka, ya que contiene todos los elementos que hacen grandiosas sus demás obras para adultos llevadas al máximo, utilizados con gran maestría y además con una historia entrelazada a la perfección, donde cada detalle cuenta.

Puede que sea algo densa para empezar a leer al autor, pero en cuanto le coges el punto la lectura es fluida y adictiva. La prueba de por qué Tezuka fue considerado el Dios del Manga.

Buda


Buda (Buddha), publicada entre 1972 y 1983, constituye una de las épicas más grandes y majestuosas jamás dibujadas por el maestro. Como Adolf, Buda supone la culminación artística y narrativa de Tezuka, pero también filosófica. Publicada hace años por Planeta en 10 tomos, es una de esas obras que claman por una reedición más digna urgentemente.

Valiéndose de la figura histórica de Siddhartha Gautama, el Buda, Osamu Tezuka ofrece un largo y épico relato de la India del siglo VII a.C., entremezclando con maestría las bases fundamentales del pensamiento budista con su propia filosofía tezukiana. Comenzando meses antes de su nacimiento, la narración nos transporta a lo largo de décadas, en un viaje físico y espiritual en compañía del futuro Buda hacia la Iluminación.

Pocas veces llegó Tezuka a dibujar páginas tan potentes, tan impactantes a nivel emocional, como hizo en Buda. Si Adolf suponía la culminación en lo argumental, Buda lo es en lo filosófico. El maestro embriaga al lector y le transporta a una corriente de vitalismo, humanismo y amor por la naturaleza y los semejantes.

Y no es que Tezuka fuera religioso ni especialmente budista (no más allá de las tradiciones budistas caladas en la sociedad japonesa). De hecho, no respeta necesariamente las narraciones oficiales de la vida de Buda, sino que se vale de su figura porque comulgaba con los planteamientos ideológicos de esta creencia.

Fénix


Y así es como llegamos hasta Fénix (Hi no Tori), la obra magna de Osamu Tezuka, que él mismo consideró la "obra de su vida". Desde sus primeras versiones en 1954 y hasta el día de su muerte en 1989, Tezuka se volcó en cuerpo y alma en la monumental épica sobre el ave inmortal. En España la podemos encontrar editada en una maravillosa edición de lujo en 12 tomos por Planeta Cómic.

La historia de Fénix no es otra que la historia de la Humanidad misma, desde sus más remotos orígenes hasta sus últimos instantes sobre la Tierra en el lejano futuro y vuelta a empezar en un ciclo eterno. La narración se realiza a través de 12 arcos independientes, interconectados temáticamente y, cómo no, por la presencia del Fénix inmortal, que representa a un ente divino que vela por el mundo y sus formas de vida, pero que también puede castigar a aquellos que cometan atrocidades.

La particularidad más especial es que cada arco va cercando el margen temporal de la obra: el primero, Los Albores de la Historia, comienza con los orígenes míticos de la civilización japonesa, mientras que el segundo, El Futuro, nos lleva al otro extremo, hasta la extinción de la Humanidad. Así, se van sucediendo arcos del pasado y del futuro. La intención de Tezuka era finalizar la obra con un arco en el presente, aunque en sus últimos años pareció cambiar de parecer al dibujar un último arco que combinaba simultáneamente ambas líneas temporales. En cualquier caso, su fallecimiento pocos meses después de finalizar el duodécimo arco, sin llegar a comenzar el siguiente, no nos permite conocer cómo habría concluido el conjunto de la obra.

Lo que está claro es que Fénix, además de ser una de las mayores obras maestras de la historia del cómic mundial, ofrece un magnífico compendio de Osamu Tezuka como autor, dada su dedicación a ella durante prácticamente toda su carrera. Su evolución gráfica, temática y narrativa es palpable a lo largo de las cientos de páginas que componen esta imprescindible creación.


Orígenes

Y vamos terminando nuestra Guía de Lectura con un último apéndice, quizá el menos recomendable para comenzar a leer a Osamu Tezuka, dada su antigüedad (que requiere estar familiarizado con el manga de la época o estar muy abierto a ello), pero dado que también es una ventana abierta que frecuentemente se plantea, no deja de ser interesante mencionarla. Hablamos de sus obras más primigenias, aquellas realizadas en los años 40 y primeros 50, que por tanto son también algunas de las primeras obras de la historia del manga moderno. Hablamos de La Nueva Isla del Tesoro y la llamada "Trilogía de Ciencia Ficción", es decir, Metropolis, Lost World y Next World. Las cuatro han sido publicadas en España en dos ocasiones: de forma independiente por Glénat hace años y, recientemente, en un tomo integral muy voluminoso por Planeta Cómic, llamado Osamu Tezuka Antología.

La Nueva Isla del Tesoro


La Nueva Isla del Tesoro (Shin Takarajima) no es solo una obra maestra del manga infantil... sino que es probablemente uno de los cómics mas revolucionarios de la historia del Noveno Arte. Gracias a Tezuka, tenemos el que se considera el primer manga argumental (story manga) de la historia. Y no solo eso, sino que es la obra que inspiró a varias generaciones posteriores de autores para convertirse en mangakas y que fueron modelando poco a poco el cómic japonés.

La versión original data de 1947 nada menos, y era la segunda obra profesional de Tezuka tras Maa-chan no Nikki Chou (un 4-koma, es decir, tiras cómicas). No obstante, la versión que tenemos a nuestra disposición publicada en todo el mundo es el remake que él mismo realizó en los años 80, cuando la editorial encargada de publicar la colección de sus obras completas quiso publicarla. Dada la pérdida de los originales y el mal estado de las reproducciones de la época, Tezuka se avergonzaba y prefirió redibujarla por completo haciendo un titánico ejercicio de memoria, incluyendo algunos cambios, aunque bastante mínimos (más allá de la obvia mejoría gráfica tras 40 años de experiencia). 

A nivel narrativo es una gozada, pues es fluido y comienza a utilizar las técnicas cinematográficas que tanto calarían en el cómic japonés. Su lectura es ligera y al leerlo da la sensación de estar contemplando un storyboard en movimiento.

La influencia de Disney, y sobre todo de Carl Barks, es muy clara, y su historia es propia del manga más simple e infantil, pero esto no debería ser un problema para leerlo, ya que el interés de esta obra está en ver lo absolutamente rompedora que fue y sigue siendo. Obligatoria para todo amante del manga.

Trilogía de Ciencia Ficción


Y finalizamos con este conjunto de tres obras que, desde hace bastante años, ha venido publicitándose como "trilogía" de ciencia ficción, aunque lo único que tienen en común entre sí es precisamente eso, el género. Se trata de las obras Lost World (1948), Metropolis (1949) y Next World (1951).

Estamos aquí ante tres de sus primeras obras, ampliamente revolucionarias en su época, que retoman y perfeccionan la narrativa y arte de La Nueva Isla del Tesoro. Aportan además el género de la ciencia ficción de pleno al cómic japonés, Además del género, comparten a sus personajes, iniciando así el particular Star System de Osamu Tezuka. Con este sistema, el maestro contaba con una serie de personajes a los que consideraba como actores (incluso les asignaba agencias de representantes y sueldos en función de su importancia) que interpretaban diferentes personajes en sus obras, y que utilizó ya desde finales de los años 40 hasta el final de su vida, entre los que destacan especialmente Hige Oyaji (Mostacho), Rock Holmes o Acetylene Lamp, entre otros muchos. 

Estas obras son, sin duda, mucho más digeribles que la anterior, pero nuevamente hay que tener muy presente al abordar la lectura que se trata de obras muy antiguas e infantiles, y por tanto, muy diferentes a lo que estamos acostumbrados a día de hoy. Si se superan las barreras iniciales, encontraremos en estas tres historias el gran talento latente que ya había en el jovencísimo Tezuka, especialmente a nivel gráfico.








Y hasta aquí ha llegado nuestra Guía de Lectura dedicada a Osamu Tezuka con razón del 90 Aniversario de su nacimiento (que se celebra mañana mismo, recordamos). Esperamos que os haya gustado y que a alguien le sea útil para comenzar (o continuar) a leer al gran maestro del manga.

Nosotros nos vemos en un par de días para comentar las abundantes licencias del Salón del Manga, así que nos despedimos por ahora y os recomendamos leer mucho a Tezuka.

¡Hasta la próxima!


2 comentarios:

  1. Tezuka es de mis autores favoritos, me resulta sorprendente comi sus obras escritas tantos años atras son tan relevantes hoy en día. Muy buena guía, personalmente me gustaría ver una guía como esta de moto hagio, ya que es una autora que me gusta mucho pero he leido muy poco de ella. Suerte con todo, como siempre muy buen blog!

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  2. Algo haremos dedicado a Moto Hagio también, aunque seguramente sea más del estilo "Grandes Autores" como lo que hicimos con Satoshi Kon y Mamoru Hosoda. La obra de Hagio es también amplísima, pero por desgracia, no tenemos acceso a muchas de sus creaciones ni siquiera recurriendo al francés o al italiano... Así que sería más bien hablar un poco de todas las disponibles.

    Y aparte de eso también nos gustaría hacer algún día un especial dedicado a las autoras del Grupo del 24, hablando de sus obras fundamentales.

    ¡Gracias por tus palabras y sugerencias!

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