¡Un saludo y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!
Interrumpimos momentáneamente las Primeras Impresiones de los estrenos de la temporada de verano (primera y segunda parte aquí) para continuar con nuestra sección semanal Finde de Cine. Y aunque esta semana llegue unos días tarde, llega igualmente.
En este caso hablaremos de las películas Platinum Data (o Platina Data, con pronunciación más a lo japo) y, siguiendo con Godzilla, Destroy All Monsters. ¡Vamos allá!
Platinum Data
Pues la primera película que comentaremos hoy será Platinum Data (también conocida como Platina Data), un reciente filme japonés de 2013 dirigido por el entonces aún desconocido Keishi Otomo, quien ha alcanzado ahora la fama como director de la trilogía de imagen real basada en el manga Rurouni Kenshin, la adaptación de Museum y la aún no estrenada bilogía basada en 3-Gatsu no Lion. Después de ver el fantástico trabajo que hizo Otomo con Kenshin, cualquier cosa suya la recibimos con los brazos abiertos. Pero como si eso no fuera suficiente, nos encontramos en Platinum Data con un elenco encabezado por Kazunari Ninomiya (Cartas desde Iwojima, Gantz, Nagasaki, recuerdos de mi hijo, etc.), uno de los más talentosos actores japoneses jóvenes de la actualidad, y Etsushi Toyokawa (Otcho en la trilogía de 20th Century Boys, Boiling Point, etc.). Y todo ello para presentar un thriller de ciencia ficción distópica, ¿qué más podíamos pedir?
<< Ambientada en 2017, el gobierno japonés intenta controlar en secreto el ADN de sus habitantes creando una base de datos especial, Platinum Data. Kagura es un importante científico que trabaja en ese campo de la Agencia Nacional de Policía. Cuando el inventor del sistema de análisis de ADN es asesinado misteriosamente, Kagura se encuentra en la escena del crimen, por lo que se convierte en el principal sospechoso y fugitivo. El veterano detective Asama Reiji comienza la persecución. >>
Queda ya claro con la sinopsis que estamos ante un thriller al más puro estilo, pero con ambientación de ciencia ficción en un futuro muy próximo (recordemos que la película es de 2013) y un claro componente distópico (control de la población y de la criminalidad a través de un sistema científico avanzado). Y como tal, cumple considerablemente bien, sobre todo a la hora de mantener enganchado al espectador con su potente inicio y frenético desarrollo. Y es que, aunque no sea la mayor obra maestra del género, sí es un muy digno thriller.
Su trama se torna más compleja conforme se va descubriendo el pastel, especialmente en lo referente al protagonista, por lo que requerirá un mínimo de atención por parte del espectador. No obstante, eso no significa que sea críptica ni complicada de entender.
En cuanto a las cuestiones técnicas, Platinum Data da buena cuenta de la habilidad de Otomo como director, mantiene muy buen ritmo y presenta buenas escenas de acción y persecución, sin tener nada que envidiar a thriller policíacos de ciencia ficción hollywoodienses como Minority Report. La fotografía, que destaca por la predominancia de los tonos azules y plateados, dota a la película de un ambiente muy adecuado a su género distópico.
Respecto a las interpretaciones, es innegable que Kazunari Ninomiya se come la pantalla en todo momento. El joven actor (especialmente conocido en Occidente por su papel en la película de Clint Eastwood Cartas desde Iwojima; y ganador de múltiples premios, entre los que destaca el premio al Mejor Actor de la Academia Japonesa por Nagasaki, recuerdos de mi hijo) demuestra en esta película, y no por primera vez, sus grandes dotes interpretativas. Con un personaje bastante complejo debido a su (esto es un poco spoiler) trastorno de identidad disociativo, Ninomiya se enfrenta a un reto del que sale muy airoso. Etsushi Toyokawa, en su papel de clásico detective de la antigua escuela, si bien se ve eclipsado por Ninomiya, no deja de cumplir también muy sobradamente con su papel.
Muy recomendada para todos aquellos a los que les guste el thriller de ciencia ficción y quieran ver una película que les mantenga pegados a la pantalla. Ahora tenemos aún más ganas de ver Museum y 3-gatsu no Lion: Keishi Otomo sabe lo que se hace.
Destroy all Monsters
Y en segundo lugar, nuestro ya clásico ciclo de kaiju-eiga nos lleva hasta la novena entrega de la saga de Godzilla, que además supone el regreso de su creador Ishiro Honda a la saga como director. Destroy All Monsters (Kaijû Sôshingeki, titulada en España Invasión Extraterrestre), estrenada en 1968, marca también el primer gran crossover de kaijus de Toho. Si hasta ahora el máximo había sido el caso de Ghidorah, el dragón de tres cabezas (con la aparición de Godzilla, Rodan, Mothra y Ghidorah), Honda fue mucho más allá en esta película, pues además de los mencionados, contamos con la presencia de Anguirus (Godzilla Contraataca), Gorosaurius (King Kong Escapa), Minilla y la araña gigante Kumonga (El Hijo de Godzilla), Manda (Atragon), Baragon (Frankenstein conquista el mundo) y Varan (Varan). Sí, ni más ni menos que 11 kaijus diferentes a la vez en pantalla. ¡Casi nada!
<< En 1999, la ONU ha reunido a todos los kaijus de la Tierra en una zona de la isla de Ogasawara denominada Monsterland, con el objetivo de estudiarlos a fondo, controlándolos mediante un complejo campo electromagnético. Sin embargo los kilaaks, una raza extraterrestre, pretende esclavizar el planeta y boicotea los sistemas de comunicación de la isla y controla mentalmente a los monstruos, que se lanzan a una frenética carrera de destrucción por todo el mundo. >>
Y después de un par de cintas algo más flojas de la saga, gracias al regreso del gran Ishiro Honda nos encontramos con esta bestialidad (nunca mejor dicho). Un total de 11 kaijus distintos en una sola película, luchando entre ellos o "colaborando" para destruir las grandes ciudades del planeta.
Argumentalmente, como es lógico, tampoco difiere demasiado de algunas de las entregas anteriores, especialmente de Los Monstruos Invaden la Tierra (en la que ya veíamos a varios kaijus y extraterrestres atacando la Tierra), pero es que Honda sabía muy bien cómo hacer una buena película de monstruos, entretenida y espectacular incluso con pocos medios.
Por otro lado, el mayor atractivo reside precisamente en la abundancia de kaijus. Es sencillamente impresionante. Especialmente la paliza final que le dan todos juntos a King Ghidorah, que pone el broche de oro al filme. No por nada esta película quedó como una de las mejores de la franquicia, y en cierto modo marcó el punto álgido de la Era Showa de Godzilla, que en los años siguientes empezaría a perder fuelle.
Argumentalmente, como es lógico, tampoco difiere demasiado de algunas de las entregas anteriores, especialmente de Los Monstruos Invaden la Tierra (en la que ya veíamos a varios kaijus y extraterrestres atacando la Tierra), pero es que Honda sabía muy bien cómo hacer una buena película de monstruos, entretenida y espectacular incluso con pocos medios.
Por otro lado, el mayor atractivo reside precisamente en la abundancia de kaijus. Es sencillamente impresionante. Especialmente la paliza final que le dan todos juntos a King Ghidorah, que pone el broche de oro al filme. No por nada esta película quedó como una de las mejores de la franquicia, y en cierto modo marcó el punto álgido de la Era Showa de Godzilla, que en los años siguientes empezaría a perder fuelle.
Y hasta aquí nuestro Finde de Cine de esta semana. Nos despedimos, como siempre, esperando que os haya gustado, que os animéis a ver las películas si no lo habéis hecho ya y que, si lo habéis hecho, compartáis vuestra opinión con nosotros.
¡Hasta la próxima!
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