¡Un saludo y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!
Hacía bastante tiempo que no nos poníamos a reseñar ningún manga de forma individual, pero hemos querido acabar con esa mala racha hablando de una de las lecturas que más nos han apasionado en los últimos tiempos y que llevamos ya mucho queriendo comentar con calma.
Se trata, como es obvio, de Mujeres del Zodíaco, obra de Miyako Maki publicada el año pasado en España de manos de Satori. Y ya que estamos a un par de días del Día Internacional de la Mujer, ¿qué mejor momento para recordar y recomendar encarecidamente el trabajo de una autora de su talla?
Se trata, como es obvio, de Mujeres del Zodíaco, obra de Miyako Maki publicada el año pasado en España de manos de Satori. Y ya que estamos a un par de días del Día Internacional de la Mujer, ¿qué mejor momento para recordar y recomendar encarecidamente el trabajo de una autora de su talla?
Introducción
Mujeres del Zodíaco (en japonés, Seiza no Onna), publicada entre 1973 y 1974 en la revista Josei Jishin, es una serie de relatos sobre 12 mujeres que ven sus vidas y sus destinos marcados por los signos zodiacales bajo los que han nacido.
Según palabras de la propia Miyako Maki, en aquella época la cultura pop japonesa vivió un gran boom de la astrología, especialmente entre la población femenina, de modo que, a pesar de que ella no creía en ello, vio en los horóscopos una fuente de inspiración para contar historias. La obra rápidamente se convertiría en una de las más importantes y reconocidas de esta importante autora.
En 1975, Maki envió una página de esta obra al Montreal International Comic Contest, obteniendo con ella el primer premio y convirtiéndose así en la primera mangaka en ser galardonada en el evento.
Actualmente tenemos la enorme suerte de poder disfrutar de esta obra en español gracias a la labor de Satori Ediciones, que publicó Mujeres del Zodiaco el pasado año en tres volúmenes cuidadosamente editados, basándose en la edición más reciente japonesa, con ilustraciones en el reverso de la sobrecubierta y en la cubierta, marcapáginas en cada tomo y una jugosa entrevista con la autora de varias páginas incluida en el primer tomo (además de otros textos reflexionando sobre la obra por ella y por su editor).
La autora: Miyako Maki
Nacida el 29 de julio de 1935, Miyako Maki fue una gran aficionada a la lectura (tanto de manga como de literatura) desde pequeña, pero no empezó a interesarse por el dibujo como salida profesional hasta que empezó a ayudar en el negocio familiar: la venta al por mayor de libros, un trabajo que le permitió estar en pleno contacto con todo tipo de obras y descubrir lo mucho que podía hacerse con el medio.
Guiándose por las instrucciones que daba Osamu Tezuka en su Manga Daigaku (Universidad Manga), Maki comenzó a dibujar por sí misma y en 1957 debutó profesionalmente con su segunda creación, Haha Koi Warutsu (Vals de Amor de Madre), que marcaría el inicio de una prolífica carrera como una de las primeras y más populares autoras de shojo. Sus temáticas se basarían fundamentalmente en el amor, la maternidad, las penurias de la posguerra... con heroínas jóvenes e inocentes, pero valientes.
Pronto empezaría a codearse con otros maestros, y en 1961 se casaría con Leiji Matsumoto, quien por entonces estaba comenzando su carrera dedicándose también al shojo. De este matrimonio surgió una colaboración entre ambos durante algún tiempo, en la que Maki se encargaba de los personajes femeninos y Matsumoto de los masculinos y los animales. Algunas de estas obras fueron Watashi no Eru, Kokoro yo Umi o Yuke o Hashire Friend. Se dice, de hecho, que fue precisamente la influencia de su esposa la que llevó a Leiji Matsumoto a crear sus icónicos personajes femeninos fuertes y luchadores en sus obras posteriores que tanto le caracterizaron como autor.
A finales de los 60, Miyako Maki dio un paso más allá y empezó a dirigirse a un público femenino de más edad. Es por ello considerada como la primera mujer en dibujar gekiga (cómic para adultos, en contraposición con el manga, que en la época se consideraba solo infantil), y por tanto la gran pionera del actual josei.
Posiblemente, no obstante, su creación más importante no fue un manga, sino las popularísimas muñecas Licca-Chan (tan importantes en Japón como las Barbie en Occidente). Si bien no fueron creación directa de Maki, el fabricante reconoció que se basó en sus ilustraciones y diseños de personajes, los más populares entre las niñas japonesas de la época, para diseñar el aspecto de la muñeca.
Entre sus galardones, además del mencionado en el Montreal International Comic Contest, Miyako Maki ganó el Premio de la Asociación Japonesa de Autores Cómic en 1974 por Himon no Onna y el Premio Shogakukan de 1988 por su adaptación del Genji Monogatari.
Mujeres del Zodíaco
Decir que Mujeres del Zodíaco es una obra maestra sería algo inexacto, aunque no falso, pues se trata de una recopilación de
pequeñas obras que por sí solas alcanzan la maestría de forma individual, pero que se interconectan temáticamente para ofrecer un todo mayor.
Con un tono
marcadamente melancólico, el primer tomo, Réquiem para Tres Lirios, arranca con las historias correspondientes
a Sagitario, Leo y Escorpio, narrando tres historias ambientadas entre las postrimerías de la II Guerra Mundial y la posguerra y la ocupación americana de Japón. Estos primeros relatos están entrelazados
por un personaje, Makoto, al que conocemos como niño y que vemos crecer hasta la adultez, y que a lo largo de su vida se cruzará con estas diversas mujeres y sus trágicas historias, desarrollando con ellas vínculos materno-filiales o románticos.
Aunque las historias de esta obra son generalmente independientes, este primer volumen supone una excepción en las que las vemos más
estrechamente ligadas, constituyendo casi un pequeño arco argumental. Ya no solo se trata del personaje conductor, sino del propio tono y la sucesión cronológica de las historias, que resultan mucho más monolíticas que el resto.
A lo largo de los dos tomos
posteriores (subtitulados La Cuesta de Kewaizaka y Narciso de los Poetas) iremos conociendo historias de mujeres ya desligadas de las anteriores, lo cual a su vez permite a la autora abrir enormemente el abanico temático. Leeremos historias de tono más desenfadado, comedias románticas, thriller psicológico... incluso se permite salirse de la época contemporánea para ambientar una historia (precisamente a la cual pertenece la página ganadora en Montreal) en plena Era Meiji, al más puro estilo de un drama de época, que pasa por ser probablemente la mejor historia unitaria dela colección.
En todas estas historias, Maki trata temas variados como el amor no correspondido, la pobreza o la prostitución, siempre con mucha elegancia y delicadeza, demostrando en no muchas páginas un extraordinario talento para contar historias y capturar emociones muy complejas.
Así, esta obra constituye un interesantísimo retrato de toda una época y de una cultura. A través de estas 12 protagonistas marcadas por las estrellas, la autora nos abre una ventana al Japón de mediados del siglo XX (o sea, en plena Era Showa), pero desde una perspectiva genuinamente femenina que nos permitirá conocer y comprender mejor el rol de la mujer en la sociedad de la época.
Acompaña y redondea estas virtudes un cuidado apartado gráfico. Alejada ya del estilo más infantil y cándido propio del shojo de los años 50 y 60, la maestra adoptó un arte más estilizado, de líneas bastante finas y menos recargado, realista pero muy personal, con composiciones de página complejas pero orgánicas, y un estudiado y efectivo uso del claroscuro.
Conclusión
Mujeres del Zodíaco es, en suma, una obra excepcional por múltiples razones. No solo es una importante obra de una de las autoras y pioneras clave de la historia del manga, sino que es en sí misma una pieza imprescindible para cualquier amante del cómic como medio artístico y un gran testimonio de una época.
No dejéis de darle una oportunidad y no os arrepentiréis. Tendréis la ocasión de leer una auténtica joya que no tiene todo el reconocimiento que merece. Contando además con una edición en castellano de tanta calidad como la de Satori, no hay mucho más que pensar al respecto.
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