¡Un saludo y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!
Hoy estamos con todos vosotros para una nueva entrada especial en la que queremos hablar un poco, como es evidente, de la recientemente estrenada Mazinger Z Infinity. A diferencia de la mayoría de las ocasiones, no queremos presentar una "simple" reseña de la película, sino un artículo de opinión algo más extenso (aunque prometemos que intentaremos no pasarnos demasiado xD), o una "crítica" (no en el sentido negativo de la palabra) si lo queréis llamar así.
Como muchos sabréis, Mazinger Z Infinity es la última producción animada de la legendaria y longeva franquicia, que cumple este año nada menos que 46 años desde la publicación del manga original. Se ha estrenado en Japón hace apenas un par de semanas, y el pasado fin de semana tuvimos la suerte de poder verla en algunos cines españoles gracias a Selecta Visión, que esta vez ha hecho una gran labor logrando este estreno prácticamente simultáneo con Japón (además de un preestreno especial que realizaron a mediados de diciembre). Y dado que nosotros hemos podido ir a verla a uno de esos cines en los que se ha proyectado, creemos que este es el mejor momento para hablar de ella.
De este modo podemos ir tachando títulos de nuestra lista de estrenos más esperados de 2018... Y si sois un poco avispados, veréis que hay más cositas que ya hemos podido disfrutar en estas escasas semanas de año, así que se aproximan más entradas como esta para comentarlos... Pero ahora, ¡PUÑOS FUERA!
Gô Nagai: 50 años de carrera
Go Nagai (1945, Wajima, Ishikawa) es uno de los más importantes autores de la historia del manga, destacado por sus temáticas rompedoras e innovadoras. Todo un enfant terrible de su época, Nagai comenzó su carrera como mangaka contra la voluntad de su madre, pero el legendario Rey del Manga, Shotaro Ishinomori, le daría la oportunidad de convertirse en su asistente tras ver el potencial de sus primeros trabajos no publicados. Fue todavía bajo la batuta del Rey cuando Nagai debutó profesionalmente con el one-shot Meakachi Polikishi, publicado a finales de 1967.
Pero sería 1968 el año que marcaría el inicio de una larga y prolífica carrera. Ese año, la editorial Shueisha decidió lanzar una publicación semanal de manga shonen para tratar de rivalizar con la Shonen Magazine de Kodansha y la Shonen Sunday de Shogakukan, naciendo así la que es ahora la revista de manga más vendida de Japón, la Shonen Jump. Para ello, la editorial contactó con varios autores para que crearan la primera cartera de series para la nueva publicación, siendo uno de ellos el joven Go Nagai. Así fue como empezó su mítica serie Harenchi Gakuen (Escuela Indecente), que marcaría un antes y un después en la historia del manga al ser la primera obra de contenido erótico y, por tanto, la que marcaría el nacimiento del género ecchi.
No serían pocas las voces que se alzarían contra el estilo de Nagai y el contenido que imprimía en sus obras, considerado inadecuado para los jóvenes por los sectores más conservadores de la sociedad. Pero nada de eso impediría al autor continuar en su línea, y con los años seguiría creando obras caracterizadas ya no solo por el erotismo, sino también por el alto contenido sangriento. Así, crearía otros dos grandes iconos populares como Devilman (1972-73), considerado de los primeros y más influyentes mangas gore, y Cutie Honey (1973-74), uno de los precursores del mahou shojo (aunque enfocado al público masculino y cargado de erotismo).
En 1972, Nagai comenzaría la publicación de la que sería su obra más reconocida internacionalmente: Mazinger Z, que presentaba el primer robot gigante tripulado desde el interior, dando lugar así al género mecha que tanto caracterizaría posteriormente al cómic y animación japoneses.
Este año 2018 se celebra en Japón el 50 aniversario de su carrera profesional como mangaka, y entre los eventos que se llevarán a cabo para tal celebración destacan los nuevos proyectos animados de sus tres obras más icónicas: Devilman Crybaby, brillante versión del manga a cargo del genial director Masaaki Yuasa y que ya se ha estrenado en Netflix en todo el mundo; la película Mazinger Z Infinity, como continuación y colofón final a la mítica saga animada del robot gigante más famoso de todos los tiempos; y Cutie Honey Universe, serie aún por estrenar de la que aún no tenemos mucha información.
Sobre Mazinger Z Infinity
Como decíamos, Mazinger Z Infinity forma parte del gran proyecto de celebración de los 50 años de carrera profesional de Gô Nagai, al igual que Devilman Crybaby y Cutie Honey Universe. Más de 45 años después del inicio de la franquicia que le daría fama internacional a su autor, el Mazinger regresa, esta vez a la gran pantalla.
Pero no se trata de una simple película más de una gran franquicia, como suele suceder cada X tiempo con estas grandes marcas, sino que Infinity se nos presenta como una secuela canónica y directa de Great Mazinger (segunda parte de la saga). Más específicamente, del anime, y no del manga, como podemos observar, por ejemplo, en el aspecto del doctor Juuzo Kabuto en los flashbacks del opening. El diseño del abuelo de Koji fue suavizado en el anime respecto a su siniestro aspecto del manga, y es así como se nos presenta fugazmente en la película.
Juzo Kabuto con su diseño original en Mazinger Z Edición Impacto (izq.)
y con el diseño suavizado del anime en Infinity (dcha.)
Han pasado varios años desde que Koji Kabuto, Tetsuya Tsurugi y los demás miembros del Instituto de Investigaciones Fotónicas derrotaran finalmente al Doctor Infierno y los Mikene, y es una época de paz para la Tierra. Koji es ahora uno de los principales científicos del Instituto, presidido ahora por Sayaka, con quien mantiene una relación sentimental estancada desde hace tiempo. Tetsuya sigue en el ejército y espera un hijo con Jun, y el doctor Yumi es ahora el Primer Ministro japonés. Pero ahora, una nueva amenaza se alza contra la humanidad...
Más Gô Nagai que nunca
Curiosamente, a pesar de estar planeada como continuación legítima de los animes clásicos, Mazinger Z Infinity recupera toda la esencia y personalidad del manga original de Nagai. Como muchos sabréis, el exitosísimo anime de Mazinger Z siguió un camino mucho más suave, blanco e infantil que el manga que paralelamente dibujaba su autor. Mientras que el anime presentaba aventuras autoconclusivas semanales en las que Koji y el Mazinger derrotaban, una tras otra, a infinidad de Bestias Mecánicas, con un tono muy familiar y para todos los públicos (controversias producidas en la retrógrada España de finales de los 70 aparte), el manga tenía un tono bastante diferente. Aunque seguía estando enfocado claramente a un público joven, Nagai siempre ha sido un autor que no se corta lo más mínimo a la hora de plasmar en sus obras todo lo que quiere y de la forma en que quiere. La sangre (o aceite de motor en su defecto), el erotismo, la fuerte sexualización del cuerpo femenino y la acción brutal y desenfrenada siempre estuvieron presentes en la obra original. Y sí: podemos presenciar todas estas características en Mazinger Z Infinity.
Hasta que vimos esta nueva película, la versión animada que más fiel nos parecía a la esencia original de este controvertido autor era Mazinger Z Edición Impacto (Shin Mazinger Shougeki! Z-hen), pero siendo sinceros, y aunque seguimos considerándola una de las mejores versiones de la obra y una fantástica reintepretación de la misma, hay que admitir que queda algo desvirtuada respecto a la original, pues reelabora toda la historia con nuevos elementos (que dieron lugar, sin duda, a un argumento y personajes mucho más interesantes y complejos). En cambio, Infinity no tiene ese "problema". Infinity es pura y únicamente una continuación de la obra original, trasladando por primera vez a la pantalla en la saga el más puro espíritu de Gô Nagai. Producciones anteriores como la ya mencionada Edición Impacto o Mazinkaiser habían conseguido ese objetivo con bastante acierto, pero creemos que esta película es la definitiva.
Obviamente, los niveles de sangre, brutalidad y erotismo no son tan elevados en este filme como lo puedan ser en otras adaptaciones animadas de la obra de Nagai (como Devilman Crybaby, sin ir más lejos), ya que al fin y al cabo, Mazinger siempre fue la obra más suave del autor. Pero todo eso, aunque de forma más comedida, sigue ahí.
Desde la espectacular escena de apertura de la película ya podemos disfrutar de la más salvaje pelea de Tetsuya a los mandos del Great Mazinger contra una horda infinita de Bestias Mecánicas resucitadas capitaneadas por el Barón Ashura. La acción y la adrenalina continúan a lo largo de la película, especialmente en los últimos compases, en los que podemos gozar de los espectaculares combates de los protagonistas en su intento de detener los planes del Doctor Infierno. Más intenso es aún es el enfrentamiento final entre el Mazinger Z y el Mazinger Infinity, cuyas cotas interdimensionales llegan a recordar al final de Gurren Lagann.
Tampoco tarda muchos minutos en saltar a la vista el contenido erótico, bastante concentrado en este filme en el personaje de Lisa, literalmente desde su primera aparición, si bien es cierto que conforme avanza la película va librándose de ello. En cualquier caso, son las MazinGirls, un cuarteto de "animadoras" del ejército cuya única función en la obra es mostrar carnes (o metales, porque incluso sus robots femeninos están sexualizados), las principales representantes de esta dimensión tan habitual en el estilo de Nagai. Curiosamente, y a pesar de que este papel de fanservice recaía originalmente en Sayaka y Jun, en Infinity ambas se salvan casi totalmente de ello (aunque a cambio de quedar muy relegadas en su papel en el argumento, cosa que comentaremos un poco más adelante).
En una película tan fiel al espíritu de su autor no podía faltar tampoco el habitual alivio cómico en los momentos de mayor tensión, y así lo podemos disfrutar también en Infinity. Boss vuelve a pilotar su robot de chatarra, el BossBorot, y con la ayuda de los doctores Sewashi y Nossori del Instituto y su impresora 3D, distrae a las hordas de Bestias Mecánicas enviadas por el Doctor Infierno. Una escena de lo más descacharrante que recupera a los personajes más divertidos de la saga.
Por otro lado, al ser una versión tan fiel al estilo de Nagai, no puede evitar arrastrar consigo los mismos defectos que saltan a la vista en sus obras. Uno de ellos es, como es obvio, el machismo (rayano la misoginia) implícito en su mentalidad, que se traslada también a Infinity, concretado tanto en la sexualización de los personajes femeninos como en el escaso papel de los mismos. A pesar del puesto de alta responsabilidad que ocupa Sayaka en el Instituto de Investigaciones Fotónicas, su presencia en la película es poco más que la de novia de Koji. Uno se pasa media película esperando que la joven se enfunde su traje de piloto y salga a luchar con Diana A (o con una versión renovada de Afrodita A para potenciar la nostalgia), pero ese momento nunca llega, por desgracia. Por su parte, Jun, pese a ser una militar en activo, pasa por la película prácticamente desapercibida a causa de su avanzado embarazo, que le impide también montarse en su Venus A para luchar.
En una línea similar, un autor clásico como Nagai, hijo de su tiempo, no puede evitar plasmar una ideología bastante retrógrada en sus obras. Es constante el bombardeo con el mensaje sobre los valores tradicionales de la familia: "cásate, ten hijos, forma una familia". Ese es el único objetivo vital que deben cumplir los protagonistas, pero sobre todo Sayaka, que debe conseguir que Koji se case con ella pronto o dejarle para buscar a otro que "tenga las cosas más claras" o que "sea más hombre", porque si no se le "pasará el arroz".
Y finalmente, hay que admitir que argumentalmente la película no se sostiene por ninguna parte. Es muy habitual en el autor el uso (y abuso) de los deus ex machina, y esta no es ninguna excepción. Mazinger Z Infinity es un gran deus ex machina de hora y media de duración: aparecen brechas dimensionales malamente explicadas de las que sale un robot monstruoso, el Doctor Infierno y todos sus secuaces resucitan sin que quede del todo claro cómo (solo se deja entrever que está relacionado con los universos paralelos, pero aun así es una justificación endeble)... Pero la pregunta es, ¿acaso eso importa? Lo cierto es que no, ni lo más mínimo. La película es pura y dura acción sobresustancia, en la que poco o nada importan las justificaciones lógicas o científicas. Y por todo ello, Mazinger Z Infinity es más Gô Nagai que nunca.
Apartado técnico-artístico brillante
Para finalizar, no queremos cerrar esta crítica sin hacer mención a las cuestiones técnicas y artísticas de la película, que avanzamos desde ya que son francamente sobresalientes.
Los diseños de personajes se mantienen sorprendentemente fieles a los del anime original, aunque lógicamente envejecidos unos cuantos años, dado el tiempo transcurrido desde el final de la serie hasta el inicio de la película. Lo más impactante en materia de diseños ha sido la muy acertada forma que han tenido de enfocar el aspecto de los robots. Ya no se componen de grandes mazacotes monocromáticos combinados, sino que podemos ver al detalle las distintas placas, piezas, juntas, etc. que los componen. Esto dota de un grado de realismo inusitado no solo a los Mazinger, sino también a las Bestias Mecánicas. Todo un ejercicio de modernización en los detalles sin alterar en lo más mínimo el aspecto clásico de los diseños.
En lo que a la animación se refiere, Toei ha optado en esta ocasión por combinar la animación 2D tradicional para escenarios y personajes, con 3DCGI para animar a los robots y artilugios mecánicos. En los últimos años, Toei ha demostrado una gran capacidad técnica en sus súper producciones cinematográficas de animación, y Mazinger Z Infinity no es una excepción. La animación CGI es apabullante, extremadamente fluida (no se siente nada pegote, que es el problema más habitual al tratar de combinar ambos tipos de animación), y no desentona nada visualmente con la 2D. Además, esto ha permitido crear unas espectaculares secuencias de acción que probablemente habrían sido imposibles con técnicas más tradicionales.
Por último, la BSO no decepciona tampoco. Es intensa, pone los pelos de punta y hace aún más espectaculares las escenas de acción. Por supuesto, destaca el hecho de que hayan conservado el tema principal original de Mazinger Z, todo un golpe directo a la nostalgia que ha resultado muy efectivo.
En conclusión, Mazinger Z Infinity es un gran homenaje a un gran autor, a una gran carrera y a una gran obra... Y sobre todo, es un último acercamiento a un héroe, una última batalla de un icono del cómic y la animación japonesa. Es la guinda del pastel de una franquicia que la eleva al infinito, logrando así su mejor encarnación. Una película brillante.
Y hasta aquí ha llegado nuestro repaso a esta gran película y conmemoración del 50 aniversario de carrera de uno de los autores más importantes de la historia del manga. Esperamos que os haya gustado y os invitamos a compartir vuestras impresiones sobre la película, si es que la habéis visto ya. Nosotros nos despedimos hasta la próxima, que esperamos que sea pronto, pues tenemos más de un artículo de este mismo palo en el tintero.
¡Hasta la próxima!
Más Gô Nagai que nunca
Hasta que vimos esta nueva película, la versión animada que más fiel nos parecía a la esencia original de este controvertido autor era Mazinger Z Edición Impacto (Shin Mazinger Shougeki! Z-hen), pero siendo sinceros, y aunque seguimos considerándola una de las mejores versiones de la obra y una fantástica reintepretación de la misma, hay que admitir que queda algo desvirtuada respecto a la original, pues reelabora toda la historia con nuevos elementos (que dieron lugar, sin duda, a un argumento y personajes mucho más interesantes y complejos). En cambio, Infinity no tiene ese "problema". Infinity es pura y únicamente una continuación de la obra original, trasladando por primera vez a la pantalla en la saga el más puro espíritu de Gô Nagai. Producciones anteriores como la ya mencionada Edición Impacto o Mazinkaiser habían conseguido ese objetivo con bastante acierto, pero creemos que esta película es la definitiva.
El Mazinger Infinity, monstruoso robot cuyo hallazgo desencadena
los sucesos de la película
Obviamente, los niveles de sangre, brutalidad y erotismo no son tan elevados en este filme como lo puedan ser en otras adaptaciones animadas de la obra de Nagai (como Devilman Crybaby, sin ir más lejos), ya que al fin y al cabo, Mazinger siempre fue la obra más suave del autor. Pero todo eso, aunque de forma más comedida, sigue ahí.
Desde la espectacular escena de apertura de la película ya podemos disfrutar de la más salvaje pelea de Tetsuya a los mandos del Great Mazinger contra una horda infinita de Bestias Mecánicas resucitadas capitaneadas por el Barón Ashura. La acción y la adrenalina continúan a lo largo de la película, especialmente en los últimos compases, en los que podemos gozar de los espectaculares combates de los protagonistas en su intento de detener los planes del Doctor Infierno. Más intenso es aún es el enfrentamiento final entre el Mazinger Z y el Mazinger Infinity, cuyas cotas interdimensionales llegan a recordar al final de Gurren Lagann.
El Great Mazinger se prepara para contrarrestar el ataque enemigo en
la escena inicial de la película
Tampoco tarda muchos minutos en saltar a la vista el contenido erótico, bastante concentrado en este filme en el personaje de Lisa, literalmente desde su primera aparición, si bien es cierto que conforme avanza la película va librándose de ello. En cualquier caso, son las MazinGirls, un cuarteto de "animadoras" del ejército cuya única función en la obra es mostrar carnes (o metales, porque incluso sus robots femeninos están sexualizados), las principales representantes de esta dimensión tan habitual en el estilo de Nagai. Curiosamente, y a pesar de que este papel de fanservice recaía originalmente en Sayaka y Jun, en Infinity ambas se salvan casi totalmente de ello (aunque a cambio de quedar muy relegadas en su papel en el argumento, cosa que comentaremos un poco más adelante).
Las MazinGirls y sus robots. Sobran las palabras.
En una película tan fiel al espíritu de su autor no podía faltar tampoco el habitual alivio cómico en los momentos de mayor tensión, y así lo podemos disfrutar también en Infinity. Boss vuelve a pilotar su robot de chatarra, el BossBorot, y con la ayuda de los doctores Sewashi y Nossori del Instituto y su impresora 3D, distrae a las hordas de Bestias Mecánicas enviadas por el Doctor Infierno. Una escena de lo más descacharrante que recupera a los personajes más divertidos de la saga.
El BossBorot y dos de los tres científicos de la serie original
(fieles al anime, el doctor Morimori está muerto en esta película)
Por otro lado, al ser una versión tan fiel al estilo de Nagai, no puede evitar arrastrar consigo los mismos defectos que saltan a la vista en sus obras. Uno de ellos es, como es obvio, el machismo (rayano la misoginia) implícito en su mentalidad, que se traslada también a Infinity, concretado tanto en la sexualización de los personajes femeninos como en el escaso papel de los mismos. A pesar del puesto de alta responsabilidad que ocupa Sayaka en el Instituto de Investigaciones Fotónicas, su presencia en la película es poco más que la de novia de Koji. Uno se pasa media película esperando que la joven se enfunde su traje de piloto y salga a luchar con Diana A (o con una versión renovada de Afrodita A para potenciar la nostalgia), pero ese momento nunca llega, por desgracia. Por su parte, Jun, pese a ser una militar en activo, pasa por la película prácticamente desapercibida a causa de su avanzado embarazo, que le impide también montarse en su Venus A para luchar.
En una línea similar, un autor clásico como Nagai, hijo de su tiempo, no puede evitar plasmar una ideología bastante retrógrada en sus obras. Es constante el bombardeo con el mensaje sobre los valores tradicionales de la familia: "cásate, ten hijos, forma una familia". Ese es el único objetivo vital que deben cumplir los protagonistas, pero sobre todo Sayaka, que debe conseguir que Koji se case con ella pronto o dejarle para buscar a otro que "tenga las cosas más claras" o que "sea más hombre", porque si no se le "pasará el arroz".
Lamentablemente, Sayaka hace poco más que observar en el transcurso
de la película. Ni siquiera como directora del Instituto de Investigaciones Fotónicas
consigue tener un papel realmente relevante en el desarrollo de la trama.
Y finalmente, hay que admitir que argumentalmente la película no se sostiene por ninguna parte. Es muy habitual en el autor el uso (y abuso) de los deus ex machina, y esta no es ninguna excepción. Mazinger Z Infinity es un gran deus ex machina de hora y media de duración: aparecen brechas dimensionales malamente explicadas de las que sale un robot monstruoso, el Doctor Infierno y todos sus secuaces resucitan sin que quede del todo claro cómo (solo se deja entrever que está relacionado con los universos paralelos, pero aun así es una justificación endeble)... Pero la pregunta es, ¿acaso eso importa? Lo cierto es que no, ni lo más mínimo. La película es pura y dura acción sobresustancia, en la que poco o nada importan las justificaciones lógicas o científicas. Y por todo ello, Mazinger Z Infinity es más Gô Nagai que nunca.
Apartado técnico-artístico brillante
Los diseños de personajes se mantienen sorprendentemente fieles a los del anime original, aunque lógicamente envejecidos unos cuantos años, dado el tiempo transcurrido desde el final de la serie hasta el inicio de la película. Lo más impactante en materia de diseños ha sido la muy acertada forma que han tenido de enfocar el aspecto de los robots. Ya no se componen de grandes mazacotes monocromáticos combinados, sino que podemos ver al detalle las distintas placas, piezas, juntas, etc. que los componen. Esto dota de un grado de realismo inusitado no solo a los Mazinger, sino también a las Bestias Mecánicas. Todo un ejercicio de modernización en los detalles sin alterar en lo más mínimo el aspecto clásico de los diseños.
Todos los personajes clásicos son tan reconocibles como siempre
En lo que a la animación se refiere, Toei ha optado en esta ocasión por combinar la animación 2D tradicional para escenarios y personajes, con 3DCGI para animar a los robots y artilugios mecánicos. En los últimos años, Toei ha demostrado una gran capacidad técnica en sus súper producciones cinematográficas de animación, y Mazinger Z Infinity no es una excepción. La animación CGI es apabullante, extremadamente fluida (no se siente nada pegote, que es el problema más habitual al tratar de combinar ambos tipos de animación), y no desentona nada visualmente con la 2D. Además, esto ha permitido crear unas espectaculares secuencias de acción que probablemente habrían sido imposibles con técnicas más tradicionales.
Espectaculares escenas de acción con una de las animaciones 3DCGI
mejor implementadas que hemos visto hasta ahora
Por último, la BSO no decepciona tampoco. Es intensa, pone los pelos de punta y hace aún más espectaculares las escenas de acción. Por supuesto, destaca el hecho de que hayan conservado el tema principal original de Mazinger Z, todo un golpe directo a la nostalgia que ha resultado muy efectivo.
Atención al detalle del que hacen gala los diseños robóticos.
Fantástica combinación de lo clásico y lo moderno.
En conclusión, Mazinger Z Infinity es un gran homenaje a un gran autor, a una gran carrera y a una gran obra... Y sobre todo, es un último acercamiento a un héroe, una última batalla de un icono del cómic y la animación japonesa. Es la guinda del pastel de una franquicia que la eleva al infinito, logrando así su mejor encarnación. Una película brillante.
Y hasta aquí ha llegado nuestro repaso a esta gran película y conmemoración del 50 aniversario de carrera de uno de los autores más importantes de la historia del manga. Esperamos que os haya gustado y os invitamos a compartir vuestras impresiones sobre la película, si es que la habéis visto ya. Nosotros nos despedimos hasta la próxima, que esperamos que sea pronto, pues tenemos más de un artículo de este mismo palo en el tintero.
¡Hasta la próxima!
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