¡Un saludo y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!
Seguimos una semana más al pie del cañón dando cuenta de las últimas películas que hemos visto durante el fin de semana en nuestra ya bastante bien establecida sección Finde de Cine.
Esta semana, eso sí, contamos con una pequeña diferencia respecto a todas las anteriores (que no son pocas), y es que por primera vez tenemos una película no japonesa, aunque por supuesto, sí asiática. El clásico moderno surcoreano Oldboy, que por otra parte es adaptación del manga homónimo (así que por ahí mantenemos la conexión con la cultura nipona en la que nos centramos en el blog). Y en segundo lugar, no es ninguna sorpresa que continuemos nuestro ciclo de kaiju-eiga con la decimonovena película de Godzilla, Godzilla vs Mothra.
¡Empecemos!
Oldboy
Así pues, hoy vamos a empezar la sección con una película que, excepcionalmente, no es japonesa, sino coreana. Oldboy, estrenada en Corea del Sur en 2003, está basada en el manga del mismo título de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi, aunque tomado de forma bastante libre, y dirigida por uno de los directores más reconocidos del cine coreano contemporáneo, Park Chan-wook, como segunda parte de su "Trilogía de la Venganza" (iniciada con Sympathy for Mr. Vengeance y finalizada con Sympathy for Lady Vengeance). Hace tiempo que leímos el manga, que no pasa de ser un thriller bastante correcto y adictivo pero intrascendente, por lo que teníamos ganas de ver cómo Park Chan-wook había conseguido convertirlo en una obra maestra de culto del cine contemporáneo, tal y como se considera a esta película.
<< Oh Dae-su, un irresponsable padre de familia aficionado al alcohol, es abducido en plena borrachera por un grupo criminal misterioso que regenta una prisión clandestina. Desconocedor de las razones de aquella condena por encargo, Dae-su pasará 15 años encerrado en una celda. Un buen día, es liberado por sorpresa en plena calle. Perdido en una sociedad que le es totalmente ajena y hostil, transformado en un despojo humano, sin familia, amigos ni trabajo, desde ese momento su objetivo será vengarse de aquél que le robó su vida. >>
Como acostumbramos, preferimos poner directamente las cartas sobre la mesa: Oldboy es una auténtica obra maestra del género, merecida abanderada internacional del cine surcoreano contemporáneo (que tanto destaca por la calidad de sus thrillers) y muy justa encumbradora tanto de su director Park Chan-wook como de su actor protagonista, Choi Min-sik, al Olimpo del cine moderno.
La película no solo mejora con creces la obra original en la que se basa, sino que lo hace manteniendo las suficientes trazas argumentales como para mantener la historia (con cambios para mejor), dotándola además de una fuerte personalidad propia. Un estilo mucho más sórdido y decadente que el manga, centrándose más en la acción y la desesperada venganza de su protagonista que el original (que es mucho menos frenético).
En suma, una película que toma un manga interesante y bien pensado pero prescindible y lo eleva a la categoría de obra maestra.
La dirección de Park Chan-wook es impecable, consiguiendo con el frenético ritmo de la narración mantener al espectador absolutamente pegado a la pantalla, en la que se sucederán, una tras otra, magistrales escenas que se quedarán grabadas en la mente durante mucho tiempo. No volverás a comer pulpo de la misma manera.
La BSO es obra de Jo Yeong-ho, compositor habitual de las películas de Park, y no es menos que espectacular. Cada una de las piezas musicales potencian las escenas de la mejor manera posible.
Y no podemos finalizar sin hacer mención del elenco, liderado por un increíble Choi Min-sik, talentoso actor que vio su carrera propulsada hasta las estrellas gracias a este filme, convirtiéndose en el rostro más icónico del cine coreano. Y es que Choi Min-sik desprende un carisma como pocos, y con su soberbia interpretación convierte al vengativo Oh Dae-su en el alma de la película. Todo ello, eso sí, sin desmerecer la labor de Yoo Ji-tae, que encarna a un villano mucho más escalofriante y sádico que el que se nos presentaba en el manga original.
No tenemos mucho más que decir, salvo que no nos extraña la fama que se ha ganado Oldboy a lo largo de estos -casi- 15 años como la mayor obra de referencia del cine coreano y una de las más reconocidas del cine asiático, y es una joya cinematográfica de visionado obligatorio.
La película no solo mejora con creces la obra original en la que se basa, sino que lo hace manteniendo las suficientes trazas argumentales como para mantener la historia (con cambios para mejor), dotándola además de una fuerte personalidad propia. Un estilo mucho más sórdido y decadente que el manga, centrándose más en la acción y la desesperada venganza de su protagonista que el original (que es mucho menos frenético).
En suma, una película que toma un manga interesante y bien pensado pero prescindible y lo eleva a la categoría de obra maestra.
La dirección de Park Chan-wook es impecable, consiguiendo con el frenético ritmo de la narración mantener al espectador absolutamente pegado a la pantalla, en la que se sucederán, una tras otra, magistrales escenas que se quedarán grabadas en la mente durante mucho tiempo. No volverás a comer pulpo de la misma manera.
La BSO es obra de Jo Yeong-ho, compositor habitual de las películas de Park, y no es menos que espectacular. Cada una de las piezas musicales potencian las escenas de la mejor manera posible.
Y no podemos finalizar sin hacer mención del elenco, liderado por un increíble Choi Min-sik, talentoso actor que vio su carrera propulsada hasta las estrellas gracias a este filme, convirtiéndose en el rostro más icónico del cine coreano. Y es que Choi Min-sik desprende un carisma como pocos, y con su soberbia interpretación convierte al vengativo Oh Dae-su en el alma de la película. Todo ello, eso sí, sin desmerecer la labor de Yoo Ji-tae, que encarna a un villano mucho más escalofriante y sádico que el que se nos presentaba en el manga original.
No tenemos mucho más que decir, salvo que no nos extraña la fama que se ha ganado Oldboy a lo largo de estos -casi- 15 años como la mayor obra de referencia del cine coreano y una de las más reconocidas del cine asiático, y es una joya cinematográfica de visionado obligatorio.
Godzilla vs Mothra
Seguimos con nuestro largo ciclo de kaiju-eiga centrado en la saga del archiconocido lagarto radiactivo. Y llegamos por fin a una película en la que teníamos especial interés, pues supone el regreso de nuestro muy querido kaiju polilla a la pantalla. Decimonovena entrega de la franquicia en general y cuarta de la serie Heisei, Godzilla vs Mothra (no confundir con Mothra vs Godzilla) fue estrenada en 1992 y dirigida por Takao Okawara en su primera incursión en la saga, en la que repetiría algunas veces más. Además de poner en escena, como es evidente, a Godzilla y a Mothra, también presentó a un nuevo kaiju: la "Mothra negra", Battra.
<< Unos cazatesoros descubren una enorme bola blanca que resulta ser un huevo de Mothra, el dios guardián del Cosmos. Los investigadores deciden llevar el huevo a Japón, pero Godzilla, que ha despertado de su letargo debido al impacto de un meteorito gigante que cayó en la fosa del Pacífico donde dormía, sale a su encuentro... ¿Podrán los humanos sobrevivir a esta terrorífica lucha entre monstruos? >>
Y como decíamos, es una gran alegría volver a tener noticias de nuestra querida Mothra, que pasa por ser nuestro kaiju favorito y a quien no veíamos desde hacía bastantes películas (a pesar de ser el kaiju que más veces utilizó Toho en sus películas después, por supuesto, de Godzilla). Y además, por partida doble, con una versión más malvada y siniestra de su misma especie, Battra.
Una vez más, como ya nos tiene acostumbrados la serie Heisei, Godzilla vuelve
a presentarse como un "villano" (o mejor dicho, el monstruo desatado y destructor que fue en un origen, a pesar del lapso superheroico que tuvo durante gran parte de la era Showa), siendo Mothra el héroe de la película, lo cual es algo raro
de ver después de haber visto a ambos luchar codo con codo en tantas
ocasiones. Aunque, como hemos repetido ya varias veces en las películas de esta época, el borrón y cuenta nueva que supuso el cambio de era cinematográfica supuso también el regreso a los orígenes. Y en los orígenes de la saga, Mothra es la protectora de la Isla Infant y, por extensión, de la humanidad contra la amenaza de otros kaijus como Godzilla.
En cualquier caso, lo cierto es que el resultado funciona bastante bien. Es un gustazo ver a Mothra lucirse en una
película de la saga después de tanto tiempo, con las mejoras consiguientes en sus marionetas y efectos especiales. Y más aún acompañada por un
nuevo kaiju, Battra, una versión más oscura de Mothra que inicialmente dará lugar a un enfrentamiento a tres bandos, aunque finalmente se aliará con su congénere en defensa de la humanidad. Además, Battra cuenta con uno de los diseños más espectaculares de entre todos los kaijus de la Toho.
La historia no es ningún alarde de originalidad, sino que se podría
tratar como un homenaje o vuelta a los orígenes de la serie Showa (cosa que hemos repetido mucho en estas 4 últimas películas, lo sabemos, pero es la verdad), pero funciona
especialmente bien y cuenta con unas batallas impresionantes.
Y hasta aquí el Finde de Cine de esta semana. Esperamos que os haya interesado y que os animéis a ver las películas si no las habéis visto, y por supuesto a que compartáis vuestra opinión si sí lo habéis hecho.
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario