¡Un saludo y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!
Volvemos un día más al blog para estrenar una nueva sección, centrada en esta ocasión, como podéis deducir, en el cine japonés. ¿En qué consiste? Fácil: los fines de semana acostumbramos a ver un par de películas, las cuales frecuentemente son japonesas. Así, las semanas en que veamos un par de ellas, presentaremos después unas minireseñas conjuntas de ambos filmes, a modo de pequeño comentario y recomendación.
Para comenzar con estos Finde de Cine, esta semana hemos visto el reciente éxito internacional Nuestra Hermana Pequeña y el clasiquísimo Godzilla. Una pareja algo dispar para comenzar, tanto en época, como en estilo, como en género. Pero eso lo hace más interesante, ¿no? Pues comencemos:
Nuestra Hermana Pequeña
En primer lugar tenemos Nuestra Hermana Pequeña (Umimachi Diary), película estrenada en 2015 y dirigida por Hirokazu Koreeda (Kiseki, Nadie sabe, Caminando), uno de los directores más aclamados del cine japonés contemporáneo. Basada en el manga ganador del premio Manga Taisho Umimachi Diary de Akimi Yoshida, la película recibió el reconocimiento de crítica y público en todo el mundo al ser presentada en los más importantes festivales internacionales.
<< Nuestra Hermana Pequeña nos cuenta la historia de las 3 hermanas Kouda, residentes en Kamakura, en la antigua casa familiar que perteneciera a sus abuelos, donde se trasladaron cuando su padre las abandonó por otra mujer y su madre, afectada por el divorcio, se marchó lejos.
Al morir su padre, las hermanas se enteran de que este tuvo una cuarta hija, Suzu, de 15 años, con su segunda esposa, a la que tienen la oportunidad de conocer al asistir al funeral. Su madre falleció años antes, por lo que las tres hermanas le proponen a Suzu que vaya a vivir con ellas a Kamakura si no quiere quedarse con la tercera esposa del padre. La chica acepta de buen grado, y las cuatro comienzan a convivir juntas. >>
Nuestro primer contacto con el laureado Koreeda, y no podía haber sido una experiencia más positiva. Es una película absolutamente maravillosa en todos los sentidos. Encontramos en Nuestra Hermana Pequeña un relato puramente costumbrista, en una línea muy clasicista, siguiendo la estela de los grandes maestros como Yasujiro Ozu (Cuentos de Tokio, El sabor del sake) o Kenji Mizoguchi (Cuentos de la luna pálida de agosto, Las hermanas de Gion). Aunque con un estilo cinematográfico evidentemente más moderno, Koreeda mantiene el mismo espíritu del costumbrismo japonés clásico. Ritmo pausado, ambientación rural, temática familiar e íntima... Es una película en la que no hay que buscar ningún tipo de argumento básico con planteamiento, nudo y desenlace. Lo único que nos ofrece es un retrato de la vida cotidiana y del día a día de las hermanas conviviendo en la misma casa, con sus conflictos amorosos, problemas familiares, etc.
Y todo ello lo hace con un considerable grado de maestría. Nuestra Hermana Pequeña es una de esas películas capaces de atrapar al espectador, rodeándolo con su ambiente de cotidianidad; de emocionarle con sus realistas acontecimientos de la vida; y de relajarle con su característico tempo narrativo pausado y tranquilo.
Tenemos muchas ganas de ver mas películas del director, pues esta nos ha
encantado. Nada más que decir, una obra costumbrista grandiosa y que conserva
lo mejor del costumbrismo clásico japonés. Brillante.
Godzilla
Y en segundo lugar vamos con in más ni menos que el clasiquísimo filme del kaiju-eiga (cine de monstruos gigantes). Iniciador, de hecho, de este género tan popular en el Japón de los años 50 y 60, hablaremos de Godzilla (Gojira), la primera película de las ya más de 30 protagonizadas por el icónico lagarto gigante que es hoy en día todo un icono de la cultura popular japonesa, reconocible en todo el mundo. Estrenada en 1954 y dirigida por Ishiro Honda, responsable de muchas de las más famosas películas del kaiju-eiga, Godzilla es una pieza absolutamente imprescindible para cualquier amante de la cultura nipona.
<< Japón se ve amenazado por el ataque de una monstruosa criatura producto de la mutación por la radiación nuclear que ha surgido en el Pacífico. >>
Es a todas luces innecesario hacer mayor hincapié en la sinopsis de una película como esta, pues como es normal en el género, y más aún en la pionera del mismo, su premisa es bien simple y directa.
No obstante, a pesar de su absoluta simpleza y de su evidente cutrez (estamos hablando de una película en la que un monstruo gigante destruye una ciudad rodada en 1954, no perdamos eso de vista), cabe destacar lo sorprendente de su planteamiento. Y es que el filme no se centra tanto en el propio ataque de Godzilla a Tokio, sino en cómo el gobierno japonés debe afrontar la crisis que se le viene encima. Casi podríamos tildarla de una suerte de "thriller político con un monstruo gigante". Es un producto surgido en una sociedad muy peculiar como lo es la japonesa, y como tal acaba mostrando, involuntariamente, el funcionamiento de su mentalidad y forma de ser ante una crisis extrema. Gestión lenta y burocrática propia de una sociedad tan firme y cuadriculada.
También queremos señalar cómo se refleja el miedo a la radiación que en estos momentos aún recorría Japón. Apenas 9 años atrás sufrían los devastadores bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, y dada las exigencias energéticas del país y sus escasos recursos naturales, también debían echar mano de la energía nuclear como fuente de energía principal para el día a día, con todos los riesgos que esto conlleva y en un momento en el que esta forma de energía aún estaba comenzando a explotarse en el mundo. Mientras unos iconos culturales como Astroboy de Osamu Tezuka buscaban paliar la demonización de la energía nuclear mostrando sus aplicaciones positivas para el desarrollo del país, otras como el kaiju-eiga se hacían eco del temor a las consecuencias de la radiación.
Pero, por supuesto, las escenas de acción y destrucción tampoco escasean. Y están hechas lo mejor que se podía en esos momentos y con esos presupuestos tan reducidos, todo hay que decirlo. Por supuesto han envejecido bastante mal, y se puede apreciar los escasos
recursos en efectos especiales que tenían... pero tienen un encanto bastante
especial que hace que no resulten realmente desagradables.
Esta película inició un género, probablemente la aportación más icónica de Japón a la historia del cine, y por tanto es de visionado obligatorio
para cualquier interesado en el cine nipón.
Esperamos ver próximamente más películas de la franquicia, especialmente la recientemente estrenada Shin Gojira, para la que, creemos, será conveniente haber visto unas cuantas más de las clásicas.
Y esto ha sido todo por hoy. Esperamos que os hayan gustado estos pequeños comentarios-reseñas de ambas películas y que os hayan animado a verlas si no lo habéis hecho ya. Esperad, probablemente, una nueva entrega de esta nueva sección Finde de Cine la semana próxima si os ha gustado esta.
¡Hasta la próxima!
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