¡Un saludo y bienvenidos a La Bandera de la Libertad!
¿Cómo que estamos a 30 de diciembre? ¡¿YA?! Increíble, ¿no? Pero es cierto, vaya, ya estamos en el tiempo de descuento de este extraño año que ha sido 2021, queramos o no. Y si hace unos días comentábamos nuestros regalos de Navidad... ¿qué es lo que toca ahora? ¡Exacto! ¡Repasar nuestros mangas favoritos leídos a lo largo de 2021!
Como siempre, queremos empezar por aclarar que, en nuestros tops anuales, echamos la vista atrás a todos los mangas que hemos leído durante los últimos 365 días (solamente manga, porque es nuestro principal campo y mezclar con cómic de otras procedencia ya sería un follón). Concretamente, tenemos en cuenta las obras que hemos terminado durante el año, independientemente de cuándo lo empezáramos a leerlas. Eso implica, claro, que solo incluimos en el top mangas finalizados, salvo, quizá, alguna mención honorífica o casos muy excepcionales.
Por otro lado, como es de sentido común, queremos reflejar aquí las lecturas que más hemos disfrutado, lo que más nos ha gustado de entre todo lo que hemos leído, no tanto que una obra sea "objetivamente" mejor o peor. Eso sí, intentamos hacer unos tops lo más variados posible, tratando de no repetir muchos autores (aunque, lógicamente, a veces coinciden en las listas de ambos). De esa forma, los tops son útiles también como una lista lo más amplia y variada posible de recomendaciones para quien quiera leernos.
Pero antes de entrar de lleno en el tema, os dejamos por aquí los tops de años anteriores, que siempre son interesantes de recordar: 2015, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020. Y ahora sí que sí... ¡Vamos a empezar!
Menciones de Honor
Pues, como cada año, queremos empezar con unas pocas menciones fuera de clasificación, porque como todos sabemos, eso de hacer tops limitados siempre es un poco putadilla, porque necesariamente tienes que dejarte alguna cosa buena por el camino... ¡Y para eso se inventaron las menciones de honor!
* ADRI: La Isla Errante, de Kenji Tsuruta / Inheritance of Aroma, de Asumiko Nakamura / Regreso al Mar, de Satoshi Kon. Pues yo, como primera mención, he elegido La isla errante (Bouken Elektriciteit-tou), una obra inconclusa de Kenji Tsuruta. Es una pena que no esté terminada, porque este manga de Tsuruta tiene todas las papeletas para ser una obra maestra. Adoro el dibujo de este autor y la manera que tiene de meterte en sus entornos y situaciones. Su trazo, los fondos, las expresiones de los personajes... es uno de mis artistas favoritos de manga. Su único problema es que no suele acabar sus obras, y es por eso que esta queda como mención de honor, porque a pesar de lo sobresaliente que es en todo, cuando parece que va a empezar lo bueno... se acaba. Aun así, muy recomendada, produce muchas sensaciones agradables y dan ganas de meterse en sus páginas y explorar sus paisajes.
Por otro lado, sigo con Inheritance of Aroma, de nuestra queridísima y admiradísima Asumiko Nakamura, con una obra algo menor de su catálogo de solo dos tomitos, pero no por ello menos buena. Podría decirse que este manga es un BL algo más convencional en comparación con obras posteriores de la autora, aunque conserva ese aire turbio y tóxico en torno a los personajes que es tan característico de sus historias, así que tampoco es tan blanco como la saga En la Misma Clase. Quizás no sea tan redonda, pero merece por lo menos una mención porque sigue habiendo mucho talento en sus páginas.
Y por último, mención especial para Regreso al Mar, de Satoshi Kon. Una obra que, si bien me parece un buen manga (y, todo hay que decirlo, el único que completó tal y como planeaba en un principio) no me parece tan redonda como Opus (o, evidentemente, sus películas de animación), pero que demostraba que Satoshi Kon era también un mangaka muy talentoso, con una historia de fantasía ecológica muy interesante y bonita.
* ALEJANDRO: Umimachi Diary, de Akimi Yoshida / Capitán Harlock: Dimension Voyage, de Kouichi Shimaboshi / Gente, de Natsume Ono. En lo que a mí respecta, empiezo mis menciones con Umimachi Diary (al que también nos podríamos referir como Nuestra Hermana Pequeña, título que recibió la laureada película de Koreeda basada en el manga), de Akimi Yoshida. Diferenciándose radicalmente del tono de Banana Fish, aquí Yoshida optó por contarnos una historia costumbrista al más puro estilo japonés, siguiendo las vidas diarias de cuatro hermanas de distintas edades desde el momento en el que las 3 mayores se hacen cargo de la hija adolescente de su padre tras su muerte. Es una obra que trae paz y buen rollo mientras sigues el día a día de estos personajes. Eso sí, Akimi Yoshida es una autora de MUCHO texto, incluso en historias tan relajadas.
Para mí, Capitán Harlock: Dimension Voyage es una obra muy especial, más allá de su calidad propia (que la tiene). Esta obra de Kouichi Shimaboshi, supervisada por el maestro Leiji Matsumoto, es un ejercicio magistral de revisión y unificación de gran parte del Leijiverso. El autor hace un trabajo monumental reformulando la historia del manga original de Harlock de manera que pueda encajar en ella, de manera muy orgánica, personajes y tramas propias de otras obras, como Queen Emeraldas, Galaxy Express 999, El Anillo del Nibelungo o Cosmo Warrior Zero, entre otras. Cada página destila un profundo amor y conocimiento del universo de ficción desarrollado durante décadas por Leiji Matsumoto, y es imposible no quedar encantado si eres fan del mismo.
Y acabo mis menciones con Gente: The People of Ristorante Paradiso, obra de Natsume Ono que retoma, como bien indica su título completo, a los personajes secundarios de su tomo único Ristorante Paradiso para contarnos historias sobre ellos y sus vidas. Es un manga que aporta mucha profundidad e interés al tomo original, y que desgraciadamente quedó inédito en España. Adoro el estilo artístico y narrativo de Natsume Ono, sobre todo cuando utiliza un trazo tan suelto como en estas obras más tempranas.
10º Puesto
* ADRI: Ao no Flag, de Kaito. Empiezo mi top en sí con una obra romántica adolescente poco ortodoxa. Normalmente estos mangas parecen cortados con un mismo patrón genérico, y pueden funcionar mejor o peor, pero con sus clichés típicos. Pero en este caso... esta obra rompe todos los esquemas posibles, y por eso ha entrado en mi top de cabeza. No solo trata algunos temas muy interesantes (como la amistad entre hombres y mujeres y cómo son percibidas socialmente), sino que tenemos entre los componentes del enredo amoroso central personas LGTB que añaden mucha profundidad a la trama y a las relaciones entre los personajes. No puedo decir mucho más porque estaría entrando en el campo de los spoilers (aunque probablemente la mayoría ya sabéis por dónde van las cosas), pero puedo asegurar que si este manga está aquí, es porque la resolución es satisfactoria. MUY satisfactoria.
* ALEJANDRO: Hiatari Ryôkô!, de Mitsuru Adachi. Pues mi décimo puesto de este 2021 va para esta breve obra del gran Mitsuru Adachi, conocida también en España por el título que recibió el anime en los 90, Alegre Juventud. Las obras de Adachi siempre son un grandísimo placer por el gran manejo que tiene el autor de los tiempos narrativos y de la comedia, y esta no podría ser menos. Como característica particular, Hiatari Ryôkô! no cuenta con una temática deportiva de fondo, como casi todas sus series (aunque sí contiene un breve arco dedicado al beisbol, pero es algo muy puntual). Más bien se centra por entero en la comedia romántica y en la convivencia de sus variopintos personajes en el albergue estudiantil donde han ido a parar, lo cual le da un aire a obras como Maison Ikkoku que resulta irresistible. La única pega es que se acaba muy rápido (apenas 5 tomos, que con la narrativa tan descomprimida de Adachi, te dejan con ganas de más).
9º Puesto
* ADRI: Homunculus, de Hideo Yamamoto. Continúo con una obra de culto como es Homunculus, y... ¿Qué decir? Este manga es raro. Muy raro. Pero se lee en
un suspiro a pesar de su relativa extensión (15 tomos, que no está mal). Lo mejor de todo es su ritmo, que, como ya
he dicho, logra que la lectura sea muy fluida
y que cada vez te adentres más y más en el mundo onírico y psicológico (y retorcido) que se va creando en la mente del protagonista. Y, por supuesto, el dibujo de Hideo Yamamoto, que mezcla el
realismo con lo psicodélico de forma
magistral. Es un gran thriller
psicológico con en el que más que nunca se puede aplicar la frase
"nada es lo que parece".
* ALEJANDRO: Las Flores del Mal, de Hideo Okazaki y Kazuo Kamimura. En el puesto número nueve voy con un thriller erótico del maestro Kazuo Kamimura, colaborando esta vez en el guión con Hideo Okazaki (con quien trabajó varias veces). Las Flores del Mal (Aku no Hana) es una obra muy deudora de la moda de la ficción erótica japonesa de los años 70, muy influido por el cine pinku-eiga de la época, una temática bastante habitual en la obra de Kamimura. Se trata de una obra tremendamente turbia sobre las perversiones y abusos cometidos en el seno de una mansión señorial de una antigua familia dedicada al arte del ikebana (este elemento argumental, por cierto, da lugar a un magistral despliegue artístico para sortear la censura japonesa por parte del autor, que representa los genitales con formas de flores, tallos y pétalos). Manipulaciones, traiciones, asesinatos, torturas... muchos eventos oscuros tienen lugar entre los muros de la casa. El soberbio arte de Kazuo Kamimura y el turbulento argumento atrapa al lector en una espiral de decadencia y degeneración de la que no puedes escapar hasta terminar.
8º Puesto
* ADRI: Planetes, de Makoto Yukimura. Ciencia ficción dura espacial donde los personajes son los que se llevan todo el protagonismo es lo que ocupa mi octava posición. Muchos capítulos funcionan de forma relativamente autocontenida, aun si comparten protagonistas, pero al final acaban ayudando a conocerlos mucho mejor: todos sus traumas, miedos, tribulaciones e inseguridades... No hay ningún personaje en esta obra que no se beneficie de un gran desarrollo. Casi podríamos decir que este manga es más un drama costumbrista que una obra de ciencia ficción, ya que en realidad, el único elemento del género con el que cuenta es el hecho de ambientarse en el espacio (aunque también tiene muchas partes ambientadas en Tierra, algunas de las cuales son de las mejores de toda la obra). Y por supuesto, el arte de Makoto Yukimura es espectacular, y aunque no estaba tan desarrollado como en su trabajo más actual (exacto, Vinland Saga), ya apuntaba maneras con un realismo bastante particular.
* ALEJANDRO: Miraizer Ban, de Leiji Matsumoto. Ya he dicho varias veces por aquí que la decisión de la Associazione Culturale Leiji Matsumoto de lanzarse a editar títulos inéditos en Italia del maestro es una de las mayores alegrías que me podían dar en cuanto a manga. Y, cómo no, una de las obras recién publicadas se ha colado por aquí. Miraizer Ban es una obra breve y no tan conocida de Matsumoto, pero realmente fundamental para articular el funcionamiento de todo el Leijiverso. Es una obra en la que establece el funcionamiento mismo del tiempo en su universo compartido de ficción, que resulta ser cíclico pero multilineal, con infinitos círculos temporales sucediendo constante y simultáneamente. Y solo Ban puede viajar mentalmente de un punto a otro, transfiriendo su consciencia a sus ancestros o descendientes. Una ciencia ficción bastante más dura y compleja que las habituales óperas espaciales del maestro, pero igualmente fascinante.
7º Puesto
* ADRI: Our Colorful Days, de Gengoroh Tagame. Gengoroh Tagame se hizo famoso fundamentalmente como autor de bara (manga pornográfico gay, realizado por autores gays y pensado para lectores gays), labor que continúa desarollando. Pero con El marido de mi hermano se hizo
conocido para el gran público en todo el mundo, incluyendo los lectores no LGTB, que degustaron
por primera vez su arte y una capacidad para crear dramas costumbristas
realmente hermosos que no sabíamos que tenía. Pero es que con Our colorful days (Bokura no Shikisai) se supera con
creces, concibiendo una obra donde el marco principal no es una persona
heterosexual, sino un joven gay que encuentra apoyo en un hombre maduro,
también homosexual, durante la edad en la que más se sufre la inseguridad y la
presión de una sociedad cisheteronormativa. Domina la narrativa visual mucho mejor
que su anterior obra y logra ser aún más realista, cercana y humana.
Desde luego, se nota que tiene mucho de autobiográfico y logra que los lectores queer nos identifiquemos con muchas de estas
situaciones.
* ALEJANDRO: Le Théâtre de A / B, de Asumiko Nakamura. Si mi compañero dejaba una obra de Asumiko Nakamura en las menciones especiales, yo elevo otra directamente al séptimo puesto de mi top de este año. Una obra compuesta por dos tomos únicos de historias cortas relacionados entre sí, Le Théâtre de A y Le Théatre de B. Se trata, como decía, de un conjunto de breves relatos (la mayoría, muy breves, apenas unas pocas páginas) que, en muchos casos, reinterpretan con un estilo gótico muy propio de la autora cuentos o fábulas clásicas (véase Alicia o una típica historia de cazavampiros). Muchas de las historias son autocontenidas, mientras que otras van retomando personajes de historias anteriores sin previo aviso, creando así una obra coral muy particular. Pero sobre todo destaca por ser extraordinariamente visual, siendo una de las ocasiones en las que Nakamura más se ha recreado en el arte y no tanto en el guión. Y es que el arte de esta mujer es uno de los más maravillosos que te puedes topar en esta vida, así que eternamente agradecido por este caprichito de obra.
6º Puesto
* ADRI: Princess Jellyfish, de Akiko Higashimura. Para mi sexta posición tengo la que ha sido la primera obra que leo de la prestigiosa Akiko Higashimura, y solo puedo decir... que menuda bestia parda esta señora. Sabe construir personajes femeninos con mucha gracia y realismo, y te hace desear formar parte de su particular amistad. Muchas veces, mientras estás leyendo esta obra, piensas inevitablemente que te gustaría convivir con las Amars en esa ruinosa residencia, de la misma manera que sentí deseos de convivir con los protagonistas de Maison Ikkoku cuando lo leí, hace años ya. Y eso es un gran halago, uno de los mejores de se puede hacer a una obra de estas características, porque te hace sentir parte de su mundo y del grupo de personajes a los que da vida en sus páginas. Me ha dejado un gran recuerdo y espero algún día reencontrarme con sus personajes.
* ALEJANDRO: Georgie, de Mann Izawa y Yumiko Igarashi. Raro sería un top de lecturas anuales mío sin al menos un shojo clasicote de estos que tanto me apasionan. Y esta vez se me cuela Georgie, un clásico de absoluta referencia de la bibliografía de Yumiko Igarashi, realizado en colaboración con el guionista Mann Izawa y enormemente popular en los 80 gracias a su anime, a un nivel similar a Candy Candy. Una historia muy melodramática, con algunos puntos bastante turbios incluso, el recargadísimo arte casi rococó de Igarashi en su máxima expresión (en la edición italiana, además, con unas cuantas páginas a color y todo), emociones intensísimas a flor de piel a lo largo de sus cinco tomos... Pura pasión, amor, desengaños, traiciones y de todo, en el marco de la Australia y la Inglaterra del siglo XIX.
5º Puesto
* ADRI: Sing "Yesterday" for Me, de Kei Toume. Hago un poco de trampa al llegar a la mitad de mi top, ya
que esta ha sido en realidad una relectura, pero no podía no meterla. En su momento diría que me
gustó bastante, pero no aprecié la obra en su totalidad. Pero ahora, habiéndola releído, tengo que decir que es uno de los mejores dramas románticos que he leído en manga. Soy consciente de la cantidad de haters que tiene, fruto de leer la
obra con un filtro que no le corresponde. Sing "Yesterday" for Me (Yesterday wo utatte) es una obra llena de personajes heridos, que sufren
pero siguen viviendo como buenamente
pueden. Y vivir es relacionarse, y
relacionarse es difícil, por eso actúan
de modos caóticos, tóxicos a veces. Eligen
cosas que no les convienen y que les hacen daño a sí mismos y a su
entorno, pero precisamente por eso es
tan buen drama romántico, porque casi todos sus personajes son jóvenes adultos
perdidos en la vida, y no clichés con
patas esperando a que la obra termine para que el protagonista se quede con la
chica. Aquí hay muy pocas concesiones al lector, y precisamente por eso es tan buena obra.
* ALEJANDRO: Search & Destroy, de Atsushi Kaneko y Osamu Tezuka. Llegamos al ecuador del top, y para este puesto voy a por algo similar a una de mis menciones especiales. Search and Destroy es una obra en la que Atsushi Kaneko revisita el conocido clásico de Osamu Tezuka Dororo desde un punto de vista totalmente nuevo. Kaneko reconvierte la historia clásica de yokais y samuráis que era la obra original del Dios del Manga en una distopía cyberpunk posthumanista. Se lleva la historia a su terreno y la hace totalmente suya, con un tono mucho más cruel y descarnado y resaltando especialmente el siempre espectacular estilo artístico de este autor, de fuertes contrastes y marcada influencia pop art. Absolutamente imprescindible, tanto si eres fan de la obra original como si llegas de nuevo (aunque, claro, siempre es más interesante haber leído Dororo de antemano para disfrutar más con esta reinterpretación).
4º Puesto
* ADRI: Aria, de Kozue Amano. Ya me enamoré el año pasado de Yokohama Kaidashi Kikou, así que este tocaba enamorase del otro icónico manga iyashikei, ese género que te hace sentir arropado y confortable a base de costumbrismo amable en el que no hay ningún sobresalto. Hablamos, claro, de Aria (bueno, y Aqua, los dos tomos iniciales de la historia), de Kozue Amano. Y bueno... es que es hermoso. Es una de esas obras que te hacen querer escapar al mundo que te describen y experimentarlo con tranquilidad, despertar en sus habitaciones, recorrer sus calles, disfrutar sus festivales y hacerte amigo de sus personajes. Pero todo a su ritmo, con calma y degustándolo. Son mangas como este los que ayudan a sobrellevar el día a día.
* ALEJANDRO: Mermaid Saga, de Rumiko Takahashi. Hace tiempo que perdí la cuenta de los años que llevaba esperando a poder leer esta obra de Rumiko Takahashi, tan famosa y tan querida (la favorita de muchos, de hecho), pero con tan mala suerte siempre con las ediciones internacionales. Desde los amagos nunca cuajados de Glénat/EDT de editarla en España, nada más se había sabido. Pero por fin está siendo reeditada en condiciones (aunque no en España, pero sí en inglés o francés), con una buena reproducción de las planchas y las páginas e ilustraciones a color recuperadas. Hay que decir que esta es una obra bastante diferente a lo habitual en la carrera de Takahashi, más turbia y rozando el terror en ocasiones, nada de comedia romántica amable. Pero es una lectura fascinante, entremezclando leyendas de sirenas con otras más propias de yokais tradicionales japoneses. Al componerse de historias más o menos autoconclusivas pero interconectadas, ofrece una experiencia bastante variada y muy interesante. Me recuerda, en cierto modo y salvando las distancias, a El Clan de los Poe de Moto Hagio por la estructura parcialmente coral y el toque sobrenatural.
3er Puesto
* ADRI: Neon Genesis Evangelion, de Yoshiyuki Sadamoto. Ya que este año ha salido (por fin) la última película de Rebuild of Evangelion (y que por cierto, ha sido mi estreno favorito del año), he decidido finalmente leer el manga, que tanto tiempo llevaba aplazando. Y dios... debe de ser muy bueno para que lo ponga en el top 3 (o yo ser muy fanboy, que es más probable, pero eso lo dejo a criterio de cada cual). El arte de Yoshiyuki Sadamoto es espectacular, personal y muy expresivo y reconocible. Y dado que esta es su visión particular de la historia, tenemos bastantes cambios con respecto al anime, que en algunos casos mejoran la obra... y en otros no, pero tampoco queda un mal resultado. No es perfecto y no me parece tan bueno como el anime, pero sí que es cierto que la obra se toma su tiempo para desarrollar mejor unas situaciones y unos conceptos que ya hacían del anime una obra maestra. Así que aquí queda, una segunda obra maestra, mejor en unas cosas y peor en otras, pero desde luego, llena de calidad y de corazón.
* ALEJANDRO: Our Colorful Days, de Gengoroh Tagame. Damos paso ya al podio del top, y para mi medalla de bronce me veo obligado a repetir una obra que ya ha mencionado mi compañero, pero mucho más arriba. Our Colorful Days (Bokura no Shikisai, también conocido como Our Colors, pero uso el título francés porque es como lo he leído) de Gengoroh Tagame es, para mí... una de las experiencias más profundamente personales que he tenido leyendo, o viendo, ficción. Ya adoré la sensibilidad de El Marido de mi Hermano en su momento, pero esta vez Tagame ha ido directo al corazón. Nunca había visto tan bien representados los sentimientos, pensamientos, reacciones, comportamientos, emociones... de un adolescente gay en el armario que intenta pasar desapercibido. El miedo, la soledad, el cuidado máximo con las palabras y las miradas... la liberación al encontrar a alguien con quien simplemente ser. Es superior a lo que puedo expresar con palabras. Pocas veces me he sentido tan identificado con una obra, y eso no tiene precio.
2º Puesto
* ADRI: Pluto, de Naoki Urasawa, Takashi Nagasaki y Osamu Tezuka. Mi Medalla de Plata es esta vez para un manga de Naoki Urasawa (con colaboración de Takashi Nagasaki), que no podía quedar mas bajo que esto. Se trata, como muchos sabrán ya, de una reinterpretación de una de las historias más famosas de Astroboy de Osamu Tezuka (conocida en las ediciones españolas como El Mejor Robot sobre la faz de la Tierra), reconvertida en un thriller de ciencia ficción mucho más oscuro y psicológico, al puro estilo de Urasawa, con el tema de la robótica tratado de un modo similar al de Isaac Asimov, y reescribiendo los hechos para que encajen con este tono. La obra está llena de referencias a la obra original de Tezuka y se nota un gran respeto por la misma, con algunas de las mejores páginas que le he visto a Urasawa y un ritmo frenético que hace que no puedas dejar de leerlo (también sello de la casa). Es seguro que Tezuka habría estado orgulloso de haber vivido para leerlo.
* ALEJANDRO: Showa Genroku Rakugo Sjinju, de Haruko Kumota. En mi caso, mi Medalla de Plata va para una lectura que he acabado recientemente y se ha situado fácilmente entre lo mejorcito. Showa Genroku Rakugo Shinju (o Descending Stories) es la obra más conocida de Haruko Kumota gracias al anime de hace unos pocos años, que fue también mi primer contacto con la obra. No llegué a verlo entero precisamente porque supe que quería leer el manga original, y como no parece que vaya a llegar a España, finalmente he acudido al inglés. Como muchos sabréis, se trata de un drama generacional que gira en torno al rakugo, un arte tradicional japonés de narraciones cómicas orales. Su punto fuerte, claro, es la construcción y desarrollo de personajes a lo largo de las muchas décadas que abarca la obra, comprendiendo prácticamente toda la Era Showa (1926-1989). Un drama a fuego lento, muy sutil y con mucho que enseñarnos sobre una tradición japonesa tan desconocida como el rakugo. A pesar de todo, la lectura es bastante fluida, pero una vez terminas de leerlo te das cuenta realmente de lo mucho que has vivido junto a sus personajes.
1er Puesto
* ADRI: Bokurano, de Mohiro Kitoh. Ya sabía que esta sería mi indiscutible cumbre del top desde el mismo momento en que la terminé. Bokurano es, en su base, un mecha,
pero al igual que ocurre con Evangelion, no es el centro de la obra. Esto es una historia de niños que se enfrentan a la muerte aun con su corta edad. El manga está dividido en
pequeños arcos dedicados a los últimos días de vida de cada uno de los
personajes antes de morir inevitablemente en combate, algo realmente cruel
tratándose de niños. Llegas a sufrir lo mismo que ellos, y no solo el miedo a
la muerte, sino todos los problemas a los que se enfrentan en su día a día,
desde el bullying, familias disfuncionales, inseguridad... Es un manga que trata
muchos temas, y no siempre lo hace con
suavidad, sino que putea a sus personajes, sin llegar nunca a pasar la barrera del porno emocional. Al margen de todo esto, también hay una serie de giros en la trama que hacen que quieras seguir
leyendo y sabiendo más de la amenaza externa a la que se enfrentan los
personajes. Sin duda alguna, es mi obra favorita de cuantas he leído este año, y
por ello aquí queda como Medalla de Oro.
* ALEJANDRO: Tokyo Tarareba Girls, de Akiko Higashimura. Y ya está, llega el momento de conceder mi Medalla de Oro, que va sin ninguna duda a Tokyo Tarareba Girls (o Tokyo Girls, como se ha titulado en España, pero creo que pierde mucha chispa así... y como Planeta llegó tarde y ya la tenía en inglés, la llamo como quiero (?)). Coinciden de nuevo nuestros tops con una autora, Akiko Higashimura, que es sin duda una de las más interesantes del panorama contemporáneo. En esta obra, que he disfrutado incluso más que Princess Jellyfish (que ya me encantó y se coló también en mi podio de 2020), Higashimura nos cuenta las desventuras de tres amigas treintañeras que se encuentran con que el tiempo ha pasado, ya tienen una edad, y siguen estancadas en trabajos insatisfactorios, sin pareja y sin planes de futuro. O sea, que básicamente está atacándote directamente A TI como lector. Y se lo permites porque es divertidísima. Las tres protagonistas son puro carisma, les pasa de todo y tú disfrutas viendo sus conversaciones, cabreos, borracheras y meteduras de pata. Sin duda, la mayor virtud de esta autora es su capacidad para crear personajes vivos, muy humanos y profundamente verosímiles, a pesar de clave de humor exagerada que suele emplear. Qué bien lo pasé leyéndolo.
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¡Y se acabó por este año! Hasta aquí ha llegado finalmente el repaso a nuestras lecturas más destacadas de 2021. Como todos los años, esperamos que os hayan gustado nuestros tops, y a ser posible, que os sirvan para conocer o animaros a leer alguna de las obras aquí reflejadas si aún no lo habéis hecho, porque todas valen mucho la pena, os lo aseguramos.
Os animamos también a comentar no solo los nuestros, sino a compartir con nosotros vuestros propios tops o listas con las lecturas que más hayáis disfrutado durante este 2021.
Y ya estaría. Con esto se acaba la programación para este 2021 (al menos en principio). Nosotros nos despedimos, no sin antes desearos un feliz fin de año y una buena entrada en 2022. Y en unos días iniciaremos nuestro año bloguero con algún otro post típico de estas fechas.
¡Hasta la próxima!