¡Hola a todos y bienvenidos un día más a La Bandera de la Libertad!
Hoy os traemos (o la traigo yo, Adri) una entrada un poco diferente a lo acostumbrado, puesto que esta vez no hablaremos ni de anime, ni de manga, ni siquiera de cine japonés, sino de un videojuego que he jugado recientemente y sin duda alguna me ha marcado como pocos juegos han hecho (solo Tales of the Abyss lo había conseguido antes). Se trata, como es evidente, del archiconocido JRPG de PSX, Xenogears, considerado por muchos uno de los mejores videojuegos de la historia.
Inauguramos así un nuevo tipo de reseñas para el blog, que si bien no serán tan frecuentes como nuestra actividad habitual reseñando manga y anime, se suma a nuestras ocasionales reseñas de cine y, en un futuro esperamos que cercano, a las de literatura nipona. Todas estas reseñas de productos culturales japoneses las podéis encontrar recopiladas precisamente en la pestaña Cultura del blog.
¿De qué trata?
La historia de Xenogears no es fácil de resumir, pues abarca miles de años y sus acontecimientos son altamente complejos y enrevesados, pero se puede decir que se ambienta en un mundo donde dos grandes potencias se encuentran en guerra, un enfrentamiento en el cual la Iglesia, una organización religiosa muy similar a su homónimo real, les proporciona armas: unos titanes de acero conocidos como Gears.
La historia comienza cuando Fei, un joven sin recuerdos sobre su pasado, trata de defender su pueblo de un ataque de Gears enemigos, subiéndose a uno de ellos y pilotándolo a la perfección, como si de magia se tratase (pues es imposible pilotar un Gear sin entrenamiento previo). Sin embargo, el Gear se descontrola y todo su pueblo es destruido por él, viéndose obligado a huir.
A partir de este punto, la historia se vuelve cada vez más oscura, compleja, y trata temas que son tan polémicos que hicieron que este juego fuera censurado en diversos países.
Nuestra Opinión
Gráficamente el juego es normal para la época (lanzado en Japón en 1998). Escenarios modelados en 3D y personajes bidimensionales que encajan bastante bien entre sí, con el defecto de que la rotación de escenarios puede llegar a confundir al principio o hacer imposible ver al personaje en contadas ocasiones, pero es un defecto perdonable para un juego de tal magnitud.
La jugabilidad es fluida. Normalmente los JRPG se hacen lentos a la hora de levelear y combatir, pero Xenogears tiene un sistema de juego basado en ataques que se pueden combinar para formar poderosos combos. Además, cuenta con dos modos de batalla: a pie y montado en Gear, haciendo que el juego presente una cierta variedad que se agradece.
El argumento es algo lento y pausado, dando tiempo para que se desarrollen las situaciones, a menudo con largas escenas que, lejos de resultar pesadas, atrapan y te hacen querer saber más y más.
Desgraciadamente, en el disco 2 el ritmo narrativo se vio afectado por falta de presupuesto, y la historia pasa a ser contada de forma indirecta a modo de narrador protagonista, haciendo que durante las últimas horas de juego, este se base casi totalmente en batallas de bosses deslizadas entre cinemática y cinemática.
A pesar de ello, nos encontramos ante una de las mayores historias jamás escritas para un videojuego, tratando temas de psicología como la depresión, los trastornos de personalidad... y de filosofía como la muerte de Dios de nietzscheana (de una forma totalmente literal).
En resumen, Xenogears es una obra maestra de los videojuegos. A pesar de sus defectos y su casi total linealidad (existen pocos momentos donde se da libertad al jugador para hacer misiones secundarias). es una historia grandiosa que se queda grabada en el jugador.
Nota Final: 10 [ - Imprescindible - ]
No hay comentarios:
Publicar un comentario