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En esta ocasión os ofrecemos una reseña con bastante significado en el día de hoy, pues estamos a 3 de noviembre. Tal día como hoy hace 87 años nacía Osamu Tezuka, quien se convertiría en el Dios del Manga, padre del cómic japonés moderno y del anime. De tal modo que hemos decidido reseñar para esta ocasión una de sus obras más adultas y oscuras, un retorcido y cruel drama sobre las intrigas de una antigua familia terrateniente japonesa en la posguerra... Hablaremos de Ayako.
Osamu Tezuka, Dios del Manga
Osamu Tezuka, nacido en Osaka en 1928 y fallecido en Tokio en 1989, se alzaría como el gran revolucionario del cómic y de la animación japoneses, en tanto que creador del manganime moderno, convirtiéndose así en el autor más importante de la historia del cómic nipón. Es por ello que acabaría recibiendo la consideración de "Dios del Manga".
Influido desde su infancia por la propia afición de su padre al manga, las obras teatrales de Takarazuka y, sobre todo, por el cine, especialmente por la animación de Walt Disney, Tezuka debutó profesionalmente en 1946 con Maa-chan no Nikki Choo (El Diario de Maa-chan), un yonkoma manga (tiras cómicas de cuatro viñetas), pero sería al año siguiente, en 1947, cuando publicaría la obra que cambiaría para siempre el curso de la historia del manga: La Nueva Isla del Tesoro (Shintakarajima), el primer manga argumental, es decir, es el primer cómic japonés que narraba una historia larga y con argumento, más allá de las simples tiras cómicas, en el que el autor ponía en práctica las técnicas cinematográficas aplicadas al dibujo, por oposición a las escenas de plano largo y estáticas. La Nueva Isla del Tesoro se convertiría en todo un best-seller de manera inmediata, y decenas de grandes autores posteriores (como Shotaro Ishinomori, Rey del Manga) confesarían abiertamente haber tomado la decisión de dibujar manga a raíz de su lectura en su infancia.
Tras un periodo en que su popularidad comenzaba a decaer, Tezuka dio un golpe de efecto con Black Jack (1973-1983), una obra que inicialmente sería una mini-serie de 5 capítulos como "última oportunidad", pero con la que el inigualable autor demostraría que aún tenía mucho que decir y que se convertiría inmediatamente en una de sus obras más populares y exitosas. Así, renaciendo de sus cenizas como su Fénix -aunque nunca estuvo realmente muerto como autor-, Tezuka comenzaba la que generalmente se considera su época dorada, dibujando algunas de sus mayores obras maestras, como Buda (Buddha, 1972-1983), MW (1976-1978) o Adolf (Adolf ni Tsugu, 1983-1985).
Desde ese momento, el jovencísimo Tezuka decide dedicarse profesionalmente al manga, aunque aun así continuaría su estudios universitarios hasta doctorarse en Medicina, profesión que no llegó a ejercer, pero cuyos conocimientos le servirían para crear múltiples obras. De esta primera época del autor podemos destacar obras como la comúnmente llamada "Trilogía de Ciencia-Ficción", compuesta por Lost World (1948), Metropolis (1949) y Next World (1951). Encontramos asimismo grandes clásicos como Astro Boy (Tetsuwa Atom, 1952-1968), su obra más icónica, o Jungle Taitei (El Emperador de la Jungla, conocida como Kimba, el León Blanco en Occidente, 1950-1954).
Entre 1953 y 1956, Osamu Tezuka marcó un nuevo hito en la historia del manga al publicar el primer shojo argumental de la historia, La Princesa Caballero (Ribbon no Kishi) en la revista Shojo Club, aunque generalmente sería más conocido el remake que el propio autor realizó en los años 60, publicado en la revista Nakayoshi.
En 1954 llegarían las primeras versiones de la que Tezuka consideró siempre la obra de su vida, Fénix (Hi no Tori), que podría empezar a publicar de forma más constante y firme desde 1967 y que continuaría hasta el día de su muerte, habiendo acabado unos meses antes el último arco argumental iniciado, aunque sin poder concluir el conjunto de la obra como él deseaba.
En la década de los 60, tras fundar el estudio Mushi Productions, Tezuka se dedicó en cuerpo y alma a la animación, aunque sin abandonar el manga, como había sido su sueño desde pequeño (convertirse en el "Walt Disney japonés"). Así, en 1963 se estrenaba en la televisión japonesa la primera serie de animación de ritmo semanal con capítulos de 24 minutos de duración, formato que se estandarizaría hasta el día de hoy: la adaptación de su Astro Boy.
A finales de la década de los 60, y sobre todo a partir de la quiebra de Mushi Pro. en 1973, Tezuka claudicó en su feroz oposición al manga para adultos que estaban creando algunos de sus antiguos discípulos (el gekiga), fundando la revista COM (la más representativa de la corriente gekiga junto con la Garo) y comenzando la publicación de sus primeras grandes obras adultas y oscuras, como Oda a Kirihito (Kirihito Sanka, 1970-71), Alabaster (1970-71), Ayako (1972-73) o El Libro de los Insectos Humanos (Ningen Konchuuki, 1970-71).
Convertido en el indiscutible Dios del Manga y con unas 150.000 páginas dibujadas y varias decenas de obras de animación producidas, Osamu Tezuka fallecía en febrero de 1989, víctima de un cáncer de estómago, dejando inconclusas Gringo, Neo Faust y Ludwig B., además de los arcos aún no iniciados de Fénix.
¿De qué trata?
Ayako nos cuenta la historia de la familia Tenge durante la posguerra en
Japón. Jiro, uno de los hermanos, vuelve de la guerra para ver a su familia y
se encuentra con una corrupción que no imaginaba: incesto, chantaje, intrigas
familiares...
Su hermano mayor, para ganarse la herencia de su padre, ha permitido que
este mantenga relaciones con su esposa, de cuyo adúltero encuentro nació una
pequeña niña que llamaron Ayako.
Cuando la niña presencie algo que pondrá en peligro tanto el prestigio
como la integridad de la familia, esta decidirá encerrarla en el sótano durante
el resto de su vida...
Nuestra Opinión
Nos encontramos ante una de las obras más oscuras y retorcidas de Osamu Tezuka. Si en MW ya nos mostraba la crueldad del ser humano, aquí nos la enseña
de una forma mas intensa, tanto que es capaz de dejar mal cuerpo en ocasiones
con las terribles acciones que sus personajes llevan a cabo.
No existe un solo capítulo en Ayako donde no pienses "qué
despreciable" de alguno de los personajes.
De esta forma nos muestra además una trama política muy bien
desarrollada, un thriller de una gran calidad como solo el Dios del Manga es
capaz de lograr.
Destaca además la distribución de página, logrando una armonía artística
que encaja perfectamente con los momentos más intensos de la obra, algo muy
típico del autor en sus obras más adultas.
Podría decirse que Ayako es la obra más retorcida de un genio, un
thriller político con toques dramáticos que es imposible leer sin que se te
quede un mal cuerpo al ver los horrores cometidos por la familia Tenge.
Una obra maestra como solo el gran Dios del Manga puede crear.
Nota Final: 10 [ - Imprescindible - ]
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